Luisa
PUEYO
JACA.-
Unas dos mil personas, según datos de la organización,
respondieron ayer a la convocatoria contra el recrecimiento del
embalse de Yesa realizada por la Asociación Río Aragón y COAGRET,
y reivindicaron en la localidad navarra que da nombre a la presa un
cambio en la política hidráulica, a la vez que instaron al
presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, a “no mantenerse por más
tiempo en la ambigüedad” y a decantarse “por la racionalidad en
el uso del agua y el respeto a la dignidad de la montaña”, para
evitar convertirse “en cómplice de la nefasta política hidráulica
del Gobierno de Madrid”. Así se expresó en el manifiesto leído
por el alcalde de Artieda, Luis Solana, a quien precedieron en el
uso de la palabra los representantes de las asociaciones que luchan
contra la construcción de embalses en Santaliestra, Biscarrués e
Itoiz, así como de Río Ara, para quienes el descarte del pantano
de Jánovas es la victoria en “la primera batalla de una guerra
que se va a ganar”.
Río
Aragón criticó “el desmedido despliegue de efectivos
policiales”, ya que “en decenas de manifestaciones y actos públicos
hemos demostrado nuestro talante pacífico. El despliegue de hoy,
con helicóptero incluido, ha supuesto inútilmente un importante
gasto, que además todos pagamos como contribuyentes”. El pueblo
de Yesa, donde tuvo lugar la concentración reivindicativa y los
actos lúdicos –canto de la “Habanera triste”, interpretado
musicalmente por A Ronda d’os Chotos d’Embún y baile del
Palotiau de Lanuza-, y el itinerario hasta la presa, por el que
discurrió la manifestación, contaron con un fuerte dispositivo de
Guardia Civil.
El
acto contó con representación política de los tres partidos del
equipo de gobierno del Ayuntamiento de Jaca (PSOE, PAR y CHA), los
alcaldes de Berdún y Santa Cilia, la presidenta de la Mancomunidad
de los Valles, y una amplia representación de CHA. Hubo asimismo
integrantes de IU e INAR, y no pasaron desapercibidos los
manifestantes llegados de Cinco Villas, Monegros e incluso Sintel
para solidarizarse con esta causa. La pancarta de cabecera llevaba
el lema de esta convocatoria, “Parar Yesa, stop trasvase”. Otras
pancartas, y gritos como “el Pirineo será vuestro Vietnam”,
formaron parte de la movilización, que concluyó junto a la presa
de Yesa. Allí se leyó una emotiva carta de ánimo de la madre del
fallecido Mariano Cabrero, de Erés, el pueblo que inundaría el
embalse de Biscarrués, y en un tubo de cartón, que el presidente
de Río Aragón, Alfredo Solano, tiró después al pantano, se
introdujeron monedas con la efigie de Franco, “ejemplo de la política
pantanista cuyo modelo sigue el recrecimiento de Yesa”, y varios
documentos alusivos a personas y actos relacionados con la protesta:
el anuncio en la prensa de “1500 hectómetros cúbicos de
respeto”, por ser “la mentira en la publicidad y la conexión
del Ministerio de Medio Ambiente y las constructoras”, José Luis
Uceda, redactor del proyecto de recrecimiento, como representante de
los ingenieros que “ocuparon la CHE en época franquista y en ella
se mantienen como amigos del hormigón”, Carlos Escartín,
“ejemplo de técnico corrupto”, el ministro de Medio Ambiente,
Jaume Matas, “defensor de intereses privados”, la cúpula de
regantes de Bardenas, “aguatenientes dispuestos a traficar con el
perjuicio ajeno”, la CHE, el Pacto del Agua, el PHN, el BOE,
“por oficializar las obras que combatimos”, y un acta de
COAGRET, “para vigilar que todo lo anterior siga en el fondo de
los pantanos”.
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