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Heraldo de Aragón, noviembre de 2001
Los ríos del Pirineo llevan menos agua

Según un estudio realizado por un equipo multidisciplinar del departamento de Erosión y usos del suelo del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), los ríos del Pirineo aragonés llevan menos caudal que hace cien años, y la tendencia es a que baje más todavía. Desde los años sesenta, las precipitaciones son cada vez menores en el Pirineo. Además, del agua que cae del cielo sólo llega a los ríos una parte, que también está descendiendo con rapidez.

J.J. VERÓN. Según un estudio realizado por un equipo multidisciplinar del departamento de Erosión y usos del suelo del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), los ríos del Pirineo aragonés llevan menos caudal que hace cien años, y la tendencia es a que baje más todavía.

La investigación ha detectado que el cambio del uso del suelo es la principal causa de este descenso. El abandono del medio rural hace que la diferencia entre el agua que llueve y la que circula por los ríos sea cada vez mayor. El incremento de la superficie forestal, que otros beneficios indudables, ha reducido los caudales alrededor de un 20% respecto a la situación de principios de siglo XX.

Todos estos factores no se han tenido en cuenta en la elaboración del Plan Hidrológico Nacional (PHN), pese a que la zona estudiada genera el 27% de los recursos hídricos de la cuenca del Ebro. Por contra, en la costa suele suceder al contrario, ya que la progresiva urbanización de las zonas agrícolas ha derivado en una mayor cantidad de agua en los cauces y un incremento tanto de las inundaciones como de su virulencia.

José María García Ruíz, coordinador de la investigación, explica que el descenso del caudal de los ríos no se debe sólo a que llueva menos. Según señala, las precipitaciones han descendido drásticamente en los últimos 50 años, pero en un análisis más global esta reducción responde a un ciclo habitual de variación de lluvias.

El cambio de uso de los suelos es el factor que ha sufrido mayor variación en las últimas décadas. El abandono de tierras de cultivo, especialmente cereal de secano, y el crecimiento de la superficie forestal han provocado que llegue menos agua a los cauces. Los árboles consumen más agua que el cereal y retienen parte de las lluvia en sus hojas, lo que se evapora con facilidad. Los investigadores consideran que este factor debe ser tenido en cuenta.

Esto tiene una parte positiva. Las avenidas tienen un periodicidad menor y son menos violentas, dado que el bosque y el matorral retienen mejor el agua. También se produce una mejor recarga de los acuíferos subterráneos. Además, los embalses tienen menos problemas de colmatación, puesto que las aguas bajan con menos violencia, provocan menos erosión y arrastran muchos menos sedimentos.

Los datos de esta investigación, en la que han participado Santiago Beguería, Juan Ignacio López, Adrián Lorente y Manuel Seeger, señala que durante el último siglo las lluvias han seguido un régimen bastante homogéneo, con pequeños ciclos de variabilidad. Sólo durante los meses de marzo se ha observado un descenso global.

Las temperaturas también son uniformes a largo plazo, salvo en el mes de enero, en el que registran un notable ascenso. Además, las investigaciones han detectado que el cambio climático está generando lluvias torrenciales muy localizadas en pequeñas zonas, aunque se trata de un fenómeno todavía por estudiar en detalle.

Nuevos datos

El estudio se ha realizado en las partes altas de las cuencas de los ríos pirenaicos (Aragón, Gállego, Ara, Cinca, Ésera y Noguera Ribagorzana), donde no existen derivaciones ni grandes infraestructuras que desvirtúan su régimen natural. Uno de los datos que da validez a la investigación es que en las partes más altas, donde no han cambiado los usos de los suelos, la relación entre lluvias y caudales no ha variado.

Los datos proceden de la Confederación Hidrográfica del Ebro y el Instituto Nacional de Meteorología. Además se han generado datos propios gracias a varios proyectos de investigación que se han coordinado.

 

Asociación Río Aragón-COAGRET