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La Vanguardia, 1-IX-2002
PLAN HIDROLÓGICO NACIONAL

El trasvase oculto

El Pirineo aragonés también está en pie de guerra contra el PHN, pero no por el trasvase de las aguas del Ebro sino por el impacto que supone la construcción de embalses en esta región
  • En la cuenca del Ebro ya existen hoy día 170 grandes presas; cuatrocientos pueblos yacen bajo sus aguas
  • Quienes se oponen creen que estos embalses sólo son la garantía de que exista agua para el trasvase previsto en el PHN
  • Mientras la UE subvenciona la retirada de regadíos, el Estado financia obras destinadas a incrementarlos
  • España es uno de los países del mundo que más agua consumen en relación con sus recursos hídricos

Texto: Pedro Cifuentes

La pegatina del Gobierno dibuja un gran grifo que mana de los Pirineos y derrama su agua sobre Zaragoza capital. En los pueblos montañeses amenazados, la pegatina más vista acusa sin imágenes "Embalses = trasvase". El Pirineo aragonés se ha levantado contra el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y se queja de que sólo se hable del polémico trasvase del Ebro (1.050 hm3/año), y no de los 120 pantanos que absorben más de un tercio de su presupuesto tetrabillonario.

En diciembre del 2001 la Audiencia Nacional paralizó por "ilegal e insólito" el proyecto del embalse de Santaliestra, ya presupuestado por el Gobierno, debido a irregularidades como el archivo por parte del Ministerio de Medio Ambiente de unos informes científicos que advertían del grave peligro geológico que entrañaba. Hace meses, el Tribunal Supremo anuló el acuerdo del Consejo de Ministros que había declarado urgente esta obra.

Santaliestra es uno de los tres grandes embalses que enfrentan a regiones enteras de Aragón con el Gobierno Aznar. Para Zaragoza, por ejemplo, proponen emplear parte de esos cientos de miles de millones en arreglar la red de distribución, que pierde en fugas un tercio del agua. En el Pirineo oscense sólo queda virgen un río importante el Ara. Los demás cursos de la región no tuvieron la misma suerte en la cuenca del Ebro existen ya 170 grandes presas que se han tragado 40 pueblos.

Los municipios pirenaicos reflejan la angustia de "un siglo de miedo", explica Ángel Gayúbar, portavoz de la Asociación Cultural en Defensa del Río Ésera y vencedor parcial de una lucha de lustros contra el muro de Santaliestra, de 100 metros de altura y a sólo 300 de su pueblo. Después de un siglo de anegamiento y despoblación de valles, todavía quedan tres grandes pantanos en proyecto -además del de Itoiz en la vecina Navarra- que mantienen amenazados a municipios enteros e impiden "el desarrollo de una comarca demasiado acostumbrada al terror psicológico de ver cómo el agua se la va a tragar".

Tres grandes proyectos

El plan de recrecimiento del embalse de Yesa, que en 1959 ahogó tres pueblos, prevé triplicar su extensión para llevar agua a los regantes del canal de Bardenas, construir dos centrales hidroeléctricas y "asegurar el abastecimiento futuro" de Zaragoza. Aparece aquí un segundo punto de conflicto mientras la UE ha subvencionado este año la retirada, sólo en Aragón, de 35.000 hectáreas de regadíos en aras de la política agrícola común (PAC), el Estado financia con cientos de miles de millones obras en teoría destinadas a incrementar esa superficie regada.

La primera piedra del recrecimiento de Yesa se puso hace más de un año; hubo detenidos. Su culminación sepultaría el pueblo de Sigüés (185 habitantes), tres iglesias románicas, 22 km del camino de Santiago y los labrantíos de otras dos localidades (Artieda y Mianos), que seguramente se verían abocadas a la desaparición, como ya ocurrió hace 42 años con Ruesta y Tiermas, testigos fantasmales y decrépitos de la tristeza del hermoso valle de Leire, que observan desde su espléndido aislamiento los benedictinos del célebre monasterio.

El tercer proyecto conflictivo -además de Yesa y Santaliestra- es Biscarrués, junto a la localidad oscense de Ayerbe. Sería el tercer gran muro construido en el río Gállego en 25 kilómetros. Por el camino quedaría la aldea de Erés, amenazada de muerte desde hace un cuarto de siglo, más de un millar de hectáreas productivas de otras tres localidades y el floreciente negocio turístico de los deportes de riesgo en el valle, que este año atrajo a 30.000 visitantes. Una tesis doctoral de la Universidad de Zaragoza asegura que los beneficios de este pujante sector no sólo garantizan el futuro de la comarca, sino que superan en 300 millones de euros la prosperidad que pudiera aportar en las próximas décadas el discutido pantano.

Demandas judiciales

La vertiente judicial del PHN es más densa además de la reciente sentencia administrativa que paraliza Santaliestra, existe una querella criminal en Madrid por el mismo proyecto que afecta a ocho ex altos cargos de Medio Ambiente y Fomento. El alcalde Javier Mur (Chunta Aragonesista) se jacta de haber conseguido que por primera vez declarara ante un tribunal un secretario de Estado en ejercicio. Fue Benigno Blanco, ex secretario de Estado de Aguas y ex jefe del gabinete jurídico de Iberdrola. El juzgado de instrucción número 38 de Madrid había archivado el caso por no apreciar indicios de delito. La apelación del fiscal es demoledora acusa a Blanco, junto a otros siete altos cargos de Medio Ambiente y Fomento, de presunta prevaricación, malversación de fondos públicos, falsedad en documento público y ocultación de documentos esenciales para la instrucción de la causa.

Mur asegura que recibió ofertas millonarias para que dejara de oponerse al pantano de Santaliestra (que costaría, en principio, 138,2 millones de euros), "por cerrar la boca y dejar que se carguen el pueblo". También alega que la pretensión de edificar en una zona sísmica con frecuentes deslizamientos de tierras ocultó informes que advierten del peligro. Aguas abajo, junto al Ésera, viven miles de personas en un río también jalonado por presas. Recurrentes estudios geológicos habían comparado la situación de Santaliestra con la de Vaiont (Italia), donde un deslizamiento de tierras en el vaso de un embalse de similar configuración dejó 2.600 muertos y el colapso de una comarca. Por último, existe la denuncia de que el ministerio pagó estudios fantasma que jamás se realizaron por valor de cientos de millones de pesetas.

El recrecimiento de Yesa también está rodeado de querellas criminales el juzgado número 19 de Madrid investiga las actividades de Carlos Escartín -que era director general de Obras Hidráulicas cuando Isabel Tocino fue titular de Medio Ambiente-, quien nada más dejar el cargo recaló con un contrato millonario en la constructora ACS (dirigida por Florentino Pérez), a la que había adjudicado el recrecimiento de Yesa (más de 120 millones de euros). La duda no es si Escartín violó la ley de Incompatibilidades de Altos Cargos -que impone dos años de alejamiento-, sino si él y otros ex altos cargos de Medio Ambiente incurrieron en prevaricación y cohecho. El juez tiene la última palabra del asunto.

Santaliestra, Yesa y Biscarrués, además de otros 28 embalses menores, están incluidos en el pacto del agua que el Gobierno central y el aragonés -ambos del PSOE- sellaron en 1992 por un valor de 405.000 millones de pesetas, ahora en fase de revisión. Su principal impulsor fue Antonio Aragón, entonces presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro y que hoy cumple condena en prisión como uno de los protagonistas del caso Urralburu, la trama navarra del caso Roldán. Muchas de esas 28 pequeñas presas del pacto del agua fueron aceptadas por las gentes de la zona por sus posibles efectos positivos para la agricultura y la generación de electricidad.

Años después, el Ejecutivo de Aznar las incluyó todas en el PHN de Matas. Una primera incógnita difícil de despejar es por qué, de esas 31 presas, sólo se pusieron en marcha inmediatamente las tres que habían generado contestación social. La opinión de los grupos contrarios al PHN es tajante esos embalses son la llave del Plan Hidrológico, la garantía de que exista agua para el trasvase del Ebro, que ya ha enfrentado al Gobierno del Partido Popular con el Ejecutivo aragonés y el catalán. En resumen, y según esta plataforma, "sacrificar una región por el desarrollo descontrolado de otras".

Los informes negativos

Pero el Ministerio de Medio Ambiente destaca que hay más obras en marcha (ya se ha gastado la tercera parte del dinero previsto) y que estas tres grandes obras son las que generan mayor demanda informativa, sencillamente "porque afectan a más gente" que las pequeñas. En el ministerio recuerdan que el artículo 16.2 del PHN garantiza que ninguno de esos embalses servirá para alimentar el polémico trasvase.

Pedro Arrojo, profesor de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, dirigió durante la tramitación del PHN un informe encargado por el Gobierno, en el que participaron más de doscientos científicos. Sus conclusiones negativas fueron obviadas luego por Matas, que costeó los estudios. Arrojo, convertido hoy en cabeza visible de este movimiento crítico, insiste en la "inconsistencia" del plan, que prevé 450.000 nuevas hectáreas de regadío mientras la UE subvenciona a los agricultores para que reduzcan esos cultivos (maíz, arroz, etcétera). De su informe se desprendía que, para que un cultivo sea rentable, el metro cúbico de agua debe costar en torno a tres céntimos. Con las obras del PHN, cuesta unos 18. La conclusión de Arrojo echa por tierra los objetivos oficiales. "Los embalses podrán hacerse, pero los regadíos no Europa, además, multa la sobreproducción agrícola", sentencia el profesor. De cumplirse sus augurios, la situación sería similar a la del embalse de Riaño (León), que hace 15 años generó una enorme movilización social y después no ha servido para acondicionar una sola de las hectáreas de regadío prometidas, las mismas que en su momento sirvieron al Gobierno socialista para justificarlo y ganarse el apoyo de los regantes.

Un problema secular

Las asociaciones ecologistas y de afectados, más algunos partidos políticos Chunta Aragonesista, Izquierda Unida, ciertos sectores del PSOE , denuncian que el PHN es un "pelotazo para las constructoras y las eléctricas" que no vertebra un desarrollo sostenible a largo plazo en un país donde el agua ha sido un problema secular. Arguyen el drama de los pueblos hundidos, el aplastamiento de economías de incipiente turismo rural en comarcas naturalmente privilegiadas, el peligro para las poblaciones cercanas a los muros, los atentados ecológicos en zonas declaradas "de interés comunitario" por la UE... Sus esperanzas están en Bruselas, que acogió su manifestación con interés y aportaría el 40% de los fondos. La negativa de Europa a concederlos daría al traste con las intenciones de Aznar, que ha calificado el plan de "absolutamente necesario desde el punto de vista de la cohesión social y de la vertebración del país".

¿Hay alternativas? Estos colectivos proponen, para empezar, arreglar las conducciones según cifras oficiales, el 40% del agua trasvasada en España se pierde por evaporación y deficiencias en ellas (el 80% de todo el agua consumida en nuestro país se gasta en regadíos). La nueva filosofía, la llamada nueva cultura del agua, iría más allá ahorro, gestión de la demanda en lugar de aumento indefinido de la oferta, uso racional del agua con técnicas de riego más eficaces, depuración y reutilización, subida del precio del agua, aplicar el principio de recuperación de su coste a los agricultores y acabar con la sobreexplotación ilegal de acuíferos.

España es uno de los países del mundo que más agua consumen en relación con sus recursos hídricos sigue siendo un bien escaso, aunque el 75% no pase por el contador. Todo se ve diferente desde las tierras amenazadas. En la desierta Ruesta, devorada por las zarzas, los habitantes de la vecina aldea de Artieda recuerdan que hace 40 años sus antiguos paisanos se asomaban todos los días a ver si era verdad que el pantano de Yesa inundaría todo lo que abarcaba la vista. Un día el agua vino y ellos se fueron. Hoy todavía confían en que alguien, en última instancia un juez, se preocupe, ya no sólo por sus ecosistemas, sino por ellos, una minoría con pocos votos y por cuya dignidad y memoria ningún ministro ni constructora se ha preocupado

La decisiva intervención de Bruselas

LA VANGUARDIA - 10.40 horas - 01/09/2002

La reacción social contra el plan hidrológico en Aragón no es precisamente marginal. En los tres últimos años, las asociaciones implicadas -agrupadas en la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (Coagret)- han organizado una huelga de hambre de 21 días (mayo de 1999), un paro general en todas las comarcas pirenaicas (25 de octubre del 2000) y encadenamientos ante la puerta del Ministerio de Medio Ambiente, en la madrileña plaza de San Juan de la Cruz. Su última iniciativa, la Marcha Azul por una Nueva Cultura del Agua, llevó el pasado mes de septiembre hasta Bruselas la mayor manifestación con presencia internacional jamás convocada hasta ahora en la capital europea 10.000 personas, llegadas desde España en autocares subvencionados por ayuntamientos y asociaciones, aviones y coches particulares.

El objetivo era convencer a la Unión Europea de las "ilegalidades" del Plan Hidrológico Nacional (PHN), cuya financiación depende en un 40 por ciento del Ejecutivo comunitario. El Gobierno de Aragón (PSOE), muy crítico con el trasvase del Ebro, se desmarcó oficialmente, en cambio, de esta movilización global, por estar a favor de los embalses del pacto del agua. De ahí la frase inscrita en pegatinas y carteles "Embalses = trasvase".

Pese a ello, puede decirse que tuvieron cierto éxito fueron recibidos por ministros europeos y delegaciones comunitarias; el vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea, Alexander de Roo, declaró que Europa "no puede financiar un plan hidrológico que vulnera las leyes europeas en materia de agua, aves, hábitat y espacios protegidos". Hace unos meses, la Comisión Europea solicitó información a España sobre la presunta existencia de ayudas prohibidas en la financiación pública del embalse de Yesa.

Poco tiempo después, el Parlamento de Bruselas aprobaba una declaración en la que se criticaba el PHN por no cumplir las directrices continentales en la materia. Si Bruselas abriera expediente al Gobierno español o se negara a aportar el billón largo de pesetas que se le adjudica en la ley, el Gobierno español se vería forzado a cambiar un plan hidrológico que hasta el momento ha considerado fundamental para la "solidaridad interterritorial" española.

http//www.lavanguardia.es/web/20020901/31370538.html

Asociación Río Aragón-COAGRET