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Heraldo de Aragón, 29-IX-2002
El PHN "olvidó" embalses para el trasvase

 

El anteproyecto del trasvase del Ebro deja en evidencia las cuentas realizadas por el Gobierno antes de aprobar el PHN. Uno de los "olvidos" más importantes fue la falta de regulación en las cuencas receptoras, lo que incrementará el coste y ya ha generado importantes conflictos sociales.

 

JOSÉ JUAN VERÓN. Zaragoza
El anteproyecto del trasvase del Ebro elaborado por la empresa estatal Trasagua no aclara en ningún momento cómo se regularán los caudales en las cuencas receptoras, aunque reconoce que será necesario establecer sistemas para ello. Los nuevos embalses y las balsas de regulación no recogidas en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y algunos todavía tampoco en el anteproyecto del trasvase serán un nuevo elemento que encarecerá notablemente la obra. El PHN renunció a estudiar el trasvase del Duero porque hubiera supuesto construir un nuevo embalse.

La "apreciable variabilidad interanual" y el "componente estacional" de los caudales del Ebro, "con cuantías muy reducidas o casi nulas en los meses de junio a septiembre", hace que se precise una cierta capacidad de regulación "para la correcta funcionalidad de las trasferencias". La memoria-resumen del proyecto del trasvase considera que la utilización de los embalses de Mequinenza, Ribarroja y Flix no será suficiente para garantizar el óptimo funcionamiento de la infraestructura. Por ello, indica que se deberán utilizar los embalses existentes en las cuencas receptoras, pero que también es necesario incrementar la regulación en estas cuencas.

El documento indica que de los embalses previstos para regular las aportaciones del Ebro a Levante sólo es viable el de Villamarchante, en la cuenca del Júcar y que almacenaría 40 hectómetros cúbicos. Además, señala que en las cuencas receptoras, incluso en el considerado viable, se han detectado problemas geológicos que hacen necesarios tratamientos de impermeabilización "tanto en las cerradas como en los vasos". También reconoce que la capacidad útil de estas infraestructuras "es reducida".

La propuesta de Trasagua incorpora dos embalses ni siquiera apuntados en el PHN y cuyo coste se deberá añadir a lo previsto para el trasvase. Además, el documento dice que "debe recordarse la existencia de numerosas balsas de riego de gran capacidad en la mayoría de las áreas receptoras". El anteproyecto del trasvase indica que "el empleo de estas balsas existentes, complementado en su caso con nuevas balsas que pudieran requerirse, puede proporcionar una muy importante regulación adicional, complementaria de las anteriores". Este argumento ha sido rechazado sistemáticamente por las administraciones central y autonómica como posible solución a los problemas de regulación en la cuenca del Ebro.

El embalse de Azorín

El anteproyecto incluye la construcción del embalse de Azorín, en el término municipal de Monóvar, cerca de la población de La Romana, en la provincia de Alicante. Esta infraestructura tendrá una afección directa sobre alrededor de 1.300 hectáreas, ya dentro de la cuenca del Vinalopó para regular 100 hm3. A raíz de la publicación de este documento se ha creado un movimiento de resistencia en la zona que inicialmente se suponía beneficiaria del trasvase, dado que el pantano no incluido en el PHN inunda grandes extensiones de viñedos muy productivos.

Pese a anegar amplias zonas de viñedo de regadío, no se reconoce el ahorro de caudales como sí sucede en el caso del embalse de Villamarchante, situado en la cuenca del Júcar. Precisamente, los ahorros no se tienen en cuenta en una de las zonas con mayor déficit hídrico y que más se han utilizado para justificar el trasvase, la cuenca del Vinalopó, en donde se encuentra Benidorm.

Trasagua reconoce que el embalse de Azorín plantea dudas "sobre la estanqueidad del vaso" y apunta otros problemas geológicos a los que da menos importancia.

El tercer embalse de regulación del trasvase sería la Presa del Marquesado, sobre el río Magro. Esta sí que estaba en el PHN y su tramitación ha sido iniciada por la Confederación Hidrográfica del Júcar. No obstante, hasta el momento se había presentado esta obra con la función de laminar avenidas y controlar las inundaciones de la zona, y no para servir de almacén de caudales.

El documento de Trasagua va más allá en sus propuestas no contempladas en el PHN y que encarecerán el precio final del trasvase.

"Debe considerarse otra regulación horaria, diaria o de corto plazo, asociada al funcionamiento del canal y de sus tomas", señala. Se refiere a balsas laterales, resguardos adicionales y compuertas de control que todavía están sin definir. "Tal estudio debe constituir la base del proyecto de automatización y telecontrol del canal", concluye.

Asociación Río Aragón-COAGRET