Opinión
Cortes de Aragón, 26-XI-2002
Comparecencia de "Río Aragón" ante la 'Comisión especial de actualización del Pacto del Agua'

Buenas tardes señoras y señores diputados: 

Quiero comenzar mi intervención agradeciendo a esta comisión que haya invitado a la Asociación Río Aragón contra el recrecimiento de Yesa a esta comparecencia, como representante legítima de los afectados por dicha obra. Esta Asociación se ha convertido en el aglutinante social de las personas que habitan en una parte del Pirineo aragonés, y que, en defensa de su territorio, se oponen a dicho Proyecto. El apoyo unánime obtenido por parte de todas las instituciones locales y comarcales (ayuntamientos, mancomunidades y la Junta Comarcal de la Jacetania), recogido en el "Manifiesto para el 2000. Por la dignidad de la montaña, contra el recrecimiento de Yesa", y de la población del Pirineo aragonés, siendo avalados por las más de 60 acciones y manifestaciones realizadas en los últimos tres años. El rechazo popular a Yesa se inicia con la manifestación de los paraguas del 9 de enero de 1999, que concentra en Jaca a cerca de 5000 persona, continua con un ayuno de tres semanas al que se suman el último día 2400 personas, que concluye en la primera gran manifestación contra el PHN y el Pacto del Agua celebrada en Zaragoza el 6 de junio de 1999, protagonizada por 12.000 personas. Más tarde le seguirá otra manifestación en Huesca el 12 de diciembre de 1999 y un encadenamiento de 38 días en las puertas del Ministerio de Medio Ambiente a comienzos del 2000.

Aunque el hito más importante de toda esta trayectoria de movilizaciones se puso el 25 de octubre de 2000, cuando todo el Pirineo Aragonés paró reclamando de los gobiernos aragonés y español Dignidad para la montaña y diálogo en materia hidráulica para resolver un conflicto que dura ya demasiado tiempo.

Después vendrían manifestaciones multitudinarias coorganizadas por COAGRET como la de Zaragoza del 11 de noviembre de 2000 ("Abrazo al Ebro),  Barcelona (25-II-2001) y Madrid (11-III-2001), en las que, a pesar de los intentos de manipulación, el mensaje de sus respectivos manifiestos y del espíritu de las mismas era contra los embalses del PHN y PA. Tras ellas vendría más de un mes de acampada en la plaza de Aragón de Zaragoza para reiterar la petición de diálogo al GA.

Con la colocación de la primera piedra en Yesa el 18 de mayo de 2001, más de 2000 personas se manifiestan el fin de semana siguiente entre fuertes medidas de seguridad más propias de una acción antiterrorista.

A finales del verano de 2001 organizamos la Marcha Azul a Bruselas por una Nueva Cultura del Agua, que culmina en una multitudinaria manifestación en la capital europea el 9 de septiembre de 2001, que ha tenido su remedo en la recién culminada la Marcha Azul al Mediterráneo contra el PHN, el PA y por el diálogo.

En Aragón la planificación hidráulica siempre se ha hecho para los beneficiarios de  los embalses, que ponen poco y exigen mucho, y al mismo tiempo hemos sido ignorados los territorios que aportando el recurso hemos exigido poco. Nuestro primer deseo es que esta situación cambie y por derecho y justicia se nos tenga en cuenta por todos como agentes claves en las cuestiones que tengan que ver con la gestión del agua que almacenan nuestros territorios o que discurren por los ríos que atraviesan nuestros pueblos.

Desde los años 70, la administración se plantea la regulación de los ríos Aragón e Irati. Diferentes alternativas se desechan hasta que en 1985 sale a información pública el "Proyecto de recrecimiento de Yesa y variante de la carretera". Dicho proyecto consiste en triplicar la capacidad del actual embalse para pasar de 470 a 1525 Hm3, duplicando la superficie inundada mediante una presa que superará el centenar de metros de altura, pasando la actual cota de inundación desde los 489 msnm a los 521 m (528 m como cota de coronación). Ello supone la inundación del pueblo de Sigüés, afectando a cerca de 400 personas, y de 2400 nuevas hectáreas de las mejores tierras (1.560 Ha de secano y 193 de regadío) del propio Sigüés, Artieda y Mianos, el área de pastos de las 5.000 cabezas de ovino que hay en la actualidad, y los dos cámpings de la margen derecha. En total 4800 Ha desde 1959, de las cuales 1.171 Ha son de regadío.

Los objetivos principales del proyecto son:

  • Poner en regadío 48.000 nuevas hectáreas en Bardenas, que se añadirían a las 60.000 actualmente en marcha.

  • Abastecer a Zaragoza con 100 Hm3 de agua potable.

  • Instalar dos centrales hidroeléctricas con una potencia de 89 MW.

En Aragón, la sed del campo y la necesidad de la redención del secano mediante el regadío son atávicas. Pero ¿se trata de mitos o de realidades? Se habla mucho de agua pero se debate poco y se aportan menos datos, por lo cual las informaciones referentes a este asunto suelen estar viciadas y llenas de tópicos.

Veamos algunos datos sobre el regadío aragonés referentes al año 2000. Siendo Aragón la cuarta comunidad autónoma en superficie total y la décima en número de habitantes, alberga el 12,9 % del regadío español. Ello la coloca en el tercer lugar en superficie regada y la segunda en consumo de agua para la agricultura. Aragón tiene puesto en regadío el 9,15 % de su territorio, frente a la media nacional del 6,7 %, ocupando la cuarta posición nacional. Debido a su poca población, es la comunidad española con una mayores coeficientes de superficie regada por habitante (0,37 Ha/hab., frente al 0,09 de la media nacional) y de consumo de agua para agricultura por habitante (2148,3 m3/hab., frente a los 448,1 m3/hab. de media española).

Sin embargo, el dato más escandaloso es que Aragón tiene la mayor superficie de regadío por gravedad (a manta) de España, el sistema más ineficiente, lo que supone el 80,5 % de lo que se riega en Aragón, cuando la media nacional es del 58,5 %.

Por otra parte hay que decir que los regantes no pagan por metro cúbico de agua consumida si no por hectárea. Aunque haya unas dotaciones teóricas para cada polígono de riego, al no haber un control en parcela del agua consumida, esto hace que los consumos se disparen, pues el regante pagará lo mismo tanto si usa un metro cúbico como si usa 8000, y a precios irrisorios.

A la luz de estos datos parece claro que el secano aragonés ha sido suficientemente redimido. El alto consumo de agua y la alta tasa de regadío a manta habla bien a las claras de los bajos porcentajes de modernización y eficiencia de uso, lo que en tiempos de sequía y escasez, habituales por otra parte en nuestro país, hace que muchos regadíos entren en crisis ya que no están preparados adecuadamente para poder soportar estos períodos. Ello aboca a la petición de más embalses y a la generación de nuevas expectativas, que lejos de arreglar el problema lo agravan, pues ante la perspectiva de más agua, no invierten en sistemas que economicen este recurso, en un claro paralelismo con lo que está ocurriendo en el levante con el trasvase. Salvo honrosas excepciones como el Canal de Aragón y Cataluña, donde el descarte reiterado de proyectos de embalse como Campo, Comunet y ahora Santaliestra, ha obligado a mejorar la eficiencia y ha impelido a buscar soluciones alternativas sin construir más pantanos.

Al ser el agua un recurso prácticamente gratis, en Aragón muchas veces se cultiva más en función de la prima de la PAC que de la adecuación del cultivo al terreno o a la disponibilidad de agua. Ello se traduce en despilfarro y mal uso del agua, con lo que los regantes pasan de agricultores a "caza primas", pues no interesa el producto si no la subvención. Esto es un grave error estratégico si tenemos en cuenta que la nueva política agraria comunitaria y la entrada de nuevos países en la UE harán que acaben desapareciendo las ayudas. No aumentar la oferta de agua para regar hará que los sistemas se tengan que modernizar y los cultivos se adapten al terreno (por otra parte una prioridad del Plan Nacional de Regadíos), y no como ocurre ahora que en pleno desierto se están poniendo cultivos muy exigentes en agua como el maíz o el arroz, este último con consumos que pueden superar los 30.000 m3/Ha (aunque oficialmente sólo se admitan 12.000). Por lo tanto, en Aragón en vez de más hectáreas lo que hace falta es mejorar y adecuar los que hay.

Un claro ejemplo de todo lo dicho son los regadíos de Bardenas servidos por el embalse de Yesa. Este es sin duda el gran polígono más ineficiente y con la tasa de riego a manta más alta de Aragón, cercana al 92 % de sus 60.000 Ha. A pesar de ello se pide el recrecimiento de Yesa, que pasaría de una capacidad de 470 (con una regulación en cabecera de más del 70 % del caudal (970 Hm3) a 1525 Hm3, para poner 6045 hectáreas contempladas en el Plan Nacional de Regadíos (no las 48.000 que dice el proyecto) y consolidar las actuales, que sólo requerirían 48 Hm3. Con la mejora de la eficiencia (prioridad del Plan Nacional de Regadíos), más los embalses laterales que están en construcción o proyecto (Malvecino, La Verné y Carcastillo), y el rescate de concesiones como el de la central de Sangüesa  bastaría para cubrir las demandas.

Además, se dice que se usarán 100 Hm3 para el agua de boca de Zaragoza y su entorno, aunque estas aguas se almacenarán en el embalse de la Loteta, actualmente en construcción, derivándolos de Yesa con el consiguiente aumento de regulación. Por otra parte, Zaragoza consume actualmente 80 Hm3 /año, con unas pérdidas en la red cercanas al 50%, por lo que la Comisión Europea ha supeditado la concesión de los fondos para traer el agua de la Loteta (que NO de Yesa, pues la UE ya dijo que no financiará la traída de Yesa), a rebajar el consumo en la capital aragonesa y su entorno de 80 a 65 Hm3.

Conclusión: no salen las cuentas. ¿Para qué triplicar el almacén de agua si no se va a usar para lo que ha proyectado? La respuesta está en el aire: EL TRASVASE.

Este proyecto, además de no estar justificado, tiene otras muchas afecciones, al patrimonio cultural, al natural y supone un riesgo para las personas.

22 kilómetros de Camino de Santiago serán inundados, añadidos a los que ya está bajo las aguas con el actual embalse, con numerosos elementos patrimoniales tangibles como ermitas románicas, yacimientos arqueológicos, etc. Les recordamos que el Camino de Santiago fue declarado Bien de Interés Cultural en 1962 por el gobierno español, Primer Itinerario Cultural Europeo en 1987 por el Consejo de Europa, y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Por tanto, no estamos hablando de una hipotética futura protección de la Ruta Jacobea; el Camino ya esta protegido por España desde 1962, y por Aragón al incoar expediente de catalogación como BIC en 1993 (con una delimitación de trazado muy parecida a la actual). La UNESCO al catalogarlo exige la modificación o descarte de todos aquellos proyectos que puedan alterar en todo o en parte algún elemento incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad, como es el caso del proyecto de recrecimiento de Yesa y su afectación al Camino de Santiago.

Por otra parte, la propuesta de traslado de elementos patrimoniales hoy por hoy es rechazada por todos los expertos en la materia ya que ello supone desvirtuar el monumento desplazado, que queda fuera de contexto. En la mayoría de las ocasiones, los traslados dan lugar a desnaturalización de los elementos y a pérdida de información. Un elemento patrimonial no lo forman solamente los edificios en sí, si no también los elementos del paisaje que lo rodean, dándole coherencia, unidad y sentido. Por otra parte hay elementos que no se pueden trasladar materialmente como los yacimientos arqueológicos.

Así pues, los que apoyan la inundación y desaparición de un bien cultural de tamaña importancia no pueden por menos de calificarse de gentes de escasa conciencia cultural poseedores de una periclitada concepción del valor del patrimonio cultural. Lo más grave del asunto es que son cargos públicos, que deberían velar por la conservación del patrimonio, los que piden que se cometa este despropósito.

El proyecto de recrecimiento de Yesa ha hecho que se modifique torticeramente la realidad a la hora de delimitar por parte del Gobierno de Aragón los Lugares de Importancia Comunitaria y las Zonas de Especial Protección para la Aves. Así, resulta muy llamativo que los límites de los LICs y ZEPAS en esta zona de la Canal de Berdún se hayan acomodado a la cota del embalse recrecido, en vez de trazarlos en función de su valor natural real y de la opinión de los expertos. Una vez más, como en el caso del Camino de Santiago, se pretende dilapidar el patrimonio natural y cultural común en beneficio de unos pocos.

Si atendemos a la seguridad sobre las personas y las cosas, el proyecto de recrecimiento del pantano de Yesa conlleva un "alto riesgo" para las poblaciones situadas aguas abajo de la presa, especialmente para Sangüesa. El análisis geológico que han realizado el doctor en Ciencias Geológicas y profesor de la Universidad de Zaragoza, Antonio Casas, y la especialista en Hidrología Aplicada de esa misma universidad, Mayte Rico, ha determinado que en la zona donde se sitúa la cerrada de Yesa existen graves problemas de estabilidad de la ladera sobre la que se asienta el estribo izquierdo de la presa. Para ambos especialistas, la elevación de la cota de embalse, con el consiguiente incremento del volumen de agua regulada, supondrá también un aumento del riesgo actual existente, ya que la base del deslizamiento existente en la actualidad quedaría inundada y podría desencadenar un fenómeno de corrimiento de tierras en masa que al caer sobre el vaso del embalse desencadenaría una ola que rebasaría la presa y la podría destruir, con consecuencias catastróficas aguas abajo para Sangüesa y otras poblaciones del río Aragón. Aguas arriba, la misma ola afectaría a las poblaciones ribereñas.

Sin embargo, a pesar de las razones técnicas, científicas, sociales y políticas que nos avalan, la insensibilidad y sordera de los gobiernos central y aragonés nos han abocado a tomar la vía judicial, la única posible en un estado de derecho cuando los ciudadanos se encuentran desprotegidos frente al poder político.

Los acontecimientos judiciales y administrativos nos van dando la razón: en el actual estado de derecho los grandes embalses pirenaicos no tienen cabida. Sus impactos ambientales son críticos, no respetan los derechos de las minorías, destruyen el patrimonio cultural y natural y ponen en riesgo la seguridad de las personas. Jánovas no pasó la Declaración de Impacto Ambiental, Santaliestra desactivado por un juez, Yesa cuestionado por un fiscal, Biscarrués paralizado por prudencia (o temor) político. No se equivoquen: no es que se hayan tramitado chapuceramente por el Ministerio, es que no caben en el actual ordenamiento jurídico. Es que si se hubieran tramitado cabalmente habrían acabado como Jánovas: frenados por la Declaración de Impacto Ambiental.

A buen seguro que la justicia nos acabará dando la razón, como  está ocurriendo en el caso de Santaliestra, y los culpables pagarán por ello, pero también es necesario un cambio de conciencia para que esta lucha de poderes no se eternice. Será necesario alcanzar un acuerdo para que este tipo de obras no sigan amenazando más pueblos y valles. Lamentablemente, el egoísmo de la las Comunidades de Regantes con su negativa a firmar el “Compromiso de los Aragoneses con el Agua”, documento fruto de un largo y trabajoso proceso de negociación impulsado por la Iniciativa Social de Mediación, ensombrece la posibilidad de un acuerdo a corto plazo, que por fuerza debe acabar de concretarse, deseamos que sea más pronto que tarde.

Resulta lamentable e inadmisible que aquéllos que deberían garantizar ese estado de derecho nos pidan que abdiquemos de nuestros derechos constitucionales. No lo vamos a hacer, y sepan Vds. que estamos dispuestos a llegar hasta las más altas instancias judiciales para proteger dichos derechos.

Para finalizar quisiera lanzarles esta pregunta: ¿por qué este empecinamiento en construir unos pantanos que generan tal sufrimiento y fractura social en Aragón? Quizás la clave esté en las palabras de Luis Ciudad, presidente del sindicato de riegos de Bardenas, publicadas en el "Heraldo" del 5 de abril de 1999: «Con Yesa recrecido podemos satisfacer las necesidades de Bardenas, dar servicio a industrias agroalimentarias y a los abastecimientos de Zaragoza y entorno... y, con el agua que sobre, podemos negociar con catalanes o valencianos»; o en las del Ministro Jaume Matas del pasado 31 de julio en Calatayud donde dijo que para que se pueda llevar a cabo el trasvase, sobre todo en años secos, es imprescindible la regulación aguas arriba de Mequinenza.

Muchas gracias.

 

Asociación Río Aragón-COAGRET