Informes científicos: riegos geológicos de la presa de Yesa. Resumen

Yesa, proyecto de "alto riesgo"


Información cedida por El Pirineo Aragonés. www.pirineodigital.com

El recrecimiento del pantano de Yesa conlleva implícito un "alto riesgo" para las poblaciones situadas aguas abajo de la presa, especialmente para la navarra de Sangüesa. El análisis geológico que han realizado el doctor en Ciencias Geológicas de la Universidad de Zaragoza, Antonio Casas, y la especialista en Hidrología Aplicada de esa misma universidad, Mayte Rico, ha determinado que en la zona donde se sitúa la presa de Yesa "existen graves problemas de estabilidad de la ladera sobre a que se asienta el estribo izquierdo de la presa. Para ambos especialistas, la elevación de la cota de embalse, con el consiguiente incremento del volumen de agua regulada, supondrá también un aumento del riesgo actual existente, ya que la base del deslizamiento quedaría inundada y podría desencadenar un fenómeno sísmico inducido.

El estudio ha sido sido realizado con la idea de hacer llegar a la opinión pública y a las administraciones central y regional los riesgos que conlleva la realización de este proyecto. El documento será también utilizado como argumento en contra del recrecimiento en los contenciosos administrativos que se han presentado en los tribunales de justicia.

El informe de Antonio Casas y Carmen Rico, a diferencia del análisis geológico que se recoge en el proyecto del Ministerio de Medio Ambiente, alerta de "los graves problemas de estabilidad" que existen  en la que se asienta el estribo izquierdo de la presa, zona conocida como "La Refaya". Estos problemas de estabilidad "están causados por un deslizamiento que afecta a los materiales en "facies flysch", y el volumen de roca deslizable que se ha calculado en unos 12 hectómetros cúbicos, una magnitud que es similar a la capacidad de embalsado que tiene el pantano de La Peña. Los problemas de inestabilidad en el caso de Yesa están condicionados, según explica Antonio Casas, por el entorno en el que se asienta la presa, al igual que ocurre en otros pantanos proyectados y que no han entrado en funcionamiento, como Santaliestra o Itoiz (Navarra).

Las laderas que constituyen las dos vertientes del vaso y la que cierra el embalse "están localizadas sobre margas", materiales blandos y poco consistentes. Los deslizamientos más importantes "se sitúan inmediatamente aguas abajo y aguas arriba de la presa actual". El de "La Refaya" "ha sufrido movimientos en tiempos recientes, y está marcado por un escarpe en la parte alta y un rellano correspondiente en el bloque deslizado".

Antonio Casas reconoce que dentro de la Administración "han empezado a darse cuenta" de que la situación de algunos embalses es "bastante problemática", si bien esta preocupación que empieza a aflorar en los técnicos y funcionarios más cualificados no tiene su reflejo en la clase política. En el proyecto elaborado por el ministerio, según apunta, la conclusión principal a la que se llega respecto al deslizamiento de "La Refaya" es que éste "es estable" y que no hay riesgo. "Lo analizan, pero no tienen en cuenta un factor muy importante, el de la sismicidad. Para ellos no existe sismicidad en la zona sur pirenaica, y cuando tienen en cuenta algún criterio en este sentido, sólo lo aplican a lo que es la presa en sí. Es decir, parece como si el sismo no pudiera afectar a esta ladera".

 

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Riesgo sísmico

Los autores del estudio apuntan a la zona de la Canal de Berdún como un área de riesgo sísmico de "cierta importancia". Recuerdan el movimiento que se registró en 1372, "que con intensidad IX es el más importante de los detectados", o la "crisis sísmica" que se desató en 1923, con varios seismos cuyos epicentros se localizaron en las proximidades de Martes. Antonio Casas indica que estos dos ejemplos son claros exponentes del riesgo sísmico que existe en la zona. Así, asegura que un seismo similar al de Martes en 1923, con Yesa recrecido, "el estribo izquierdo", que se encuentra en unas condiciones de "equilibrio inestable", podría moverse y desencadenar una catástrofe de consecuencias impensables. La más inmediata, en el caso de que cayera la ladera, sería la "deformación o rotura de la presa y el desembalsado completo de todo el volumen de agua" o la formación de una gran ola que hacia abajo rebasaría la presa y anegaría Sangüesa y hacia arriba inundaría Sigüés.

Inundación de Sangüesa

La localidad navarra de Sangüesa es la población más vulnerable en el caso de que hubiera un accidente en la presa de Yesa. De hecho, esta histórica población de más de 5.000 habitantes ha sufrido reiteradas inundaciones por crecidas del Aragón, ya que gran parte de su casco urbano se levanta en las proximidades de la ribera del río.

En caso de rotura de la presa, Antonio Casas afirma que el nivel del agua en el río Aragón a la altura de Sangüesa "subiría 25 metros". "Esto quiere decir que la torre de la iglesia quedaría prácticamente cubierta" y que el 80% de la población, por debajo de esta cota, se vería anegada.

Asimismo, el deslizamiento y la caída de "La Refaya", con un volumen de 12 hectómetros cúbicos, "generaría una ola que sin necesidad de romper la presa podría sobrepasarla" y afectar a las poblaciones situadas aguas abajo, especialmente Sangüesa. "Ante una situación como la rotura de la presa o bien ante el salto de una ola por encima de ella sin llegar a romperla, esta población quedaría en una situación de riesgo muy alto, debido tanto a su poca altura respecto al cauce como a la escasa distancia que la separa de la presa. En ninguna de las dos circunstancias existe tiempo material para avisar y desalojar a la población".

Acceso al informe geológico completo

Asociación Río Aragón-COAGRET