Ante las declaraciones de los
dirigentes del Partido Popular, Gustavo Alcalde y Ángel Pintado,
así como de su correligionario el presidente de la CHE, José
Vicente Lacasa, relativas al proceso expropiatorio en Artieda,
desde la Asociación Río Aragón queremos manifestar los siguiente:
1.
El Partido Popular
sólo puede utilizar la difamación y la mentira, ya que no tiene
otros argumentos, ante la contundente y pacífica respuesta dada a
la actitud prepotente, injustificada y sectaria de una
Confederación puesta al servicio del PP y no del interés general.
2.
Los dirigentes del PP
intentan desviar la atención de los presuntos delitos cometidos
por algunos de sus más altos dirigentes de la política hidráulica.
Frente a ello, se están encontrado con asociaciones como “Río
Aragón”, fiscales y abogados que, usando los mecanismos de la
democracia, están oponiéndose a su prácticas más propias del
pasado régimen que del actual. Por ello calumnian, mienten o
difaman, pues no acaban de digerir sentencias que han anulado
proyectos irregularmente llevados adelante por ellos.
3.
Las declaraciones del
Sr. Alcalde diciendo que “este embalse [por Yesa] se construirá
aunque tengamos que hacerlo solos, que a nadie le quepa ninguna
duda”, responden a la misma tónica del “paseo militar” o “por
cojones” del ministro Cañete y su Gobierno con respecto al PHN. Su
interés por Yesa es el mismo que por el trasvase y los métodos
planteados son idénticos, pues están íntimamente ligados. Ese
interés pasa por los negocios del cemento, inmobiliario e
hidroeléctrico controlados por sus amigos de la costa; es el
llamado “pelotazo hidráulico”, por ello los defienden con tanta
vehemencia. La apelación al Pacto del Agua es la coartada
necesaria.
Los auténticos intereses del
Partido Popular en la gestión del agua están quedando cada día más
en evidencia, por eso Europa está poniendo tantas pegas a la
financiación que reclaman. Que tengan el valor de reconocerlos en
público en lugar de ensañarse con los vecinos de un pueblo cuyo
único delito es haber puesto por delante su dignidad y el respeto
por las casas y tierras que heredaron.
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