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Diario del AltoAragón, 28 de agosto de 2005
DOMINGO VERANO
Comando Cucaracha: “¡llegó la revolusión!”
 
 
Comando Cucaracha, durante el concierto que dieron el pasado fin de semana en Artieda. - L.P.
 

Luisa PUEYO

JACA.- Llevan algo más de un año en el panorama musical aragonés y han logrado su objetivo, revolucionarlo con una música divertida y bien hecha, aunque ellos son más modestos y comentan que sólo querían “dar un poco de vidilla en este ambiente de matojos y cardos borriqueros, como los del desierto monegrino de Mariano Gavín, el Bandido Cucaracha”. De él han tomado el nombre, “Comando Cucaracha”, y de sus seguidores, los “cucaracheros”, el formato de “colectividad sonora”, en homenaje “a quienes se atrevieron a inventar otra sociedad”. Se consideran, además, “hijos de Ixo Rai”, de quienes han heredado, además de una marcha cañera y juerguista, la pasión por mezclar sonidos de saxo, trombón, batería, teclados y guitarra eléctrica con dulzaina, gaita de boto y otros instrumentos tradicionales.

Así, Pepín Banzo pone la voz, la dulzaina, la gaita de boto y la trompa, Kike Cruz “Somachi”, la batería, percusión y coros, Nacho Juárez, el trombón, la dulzaina y coros, Ugeño Gracia, el saxo tenor, la flauta travesera, el pito de lata y la gaita de boto, Bitor Murillo, el bajo eléctrico “… y por ahí”, Agostín Lois Valero, la dulzaina y la gaita de boto, y Carlos “Subcomandante Sonero”, los coros, “alikatadas varias” y “botigueta”.

Pepín y Kike, en nombre de todos, explican que con “Comando Cucaracha” aportan “un poco de chispa, alegría, juerga… que nunca viene mal”, y para eso utilizan “el humor somarda, que es el que nos gusta”. “Es el somarda power”, comentan, con el mismo espíritu jocoso con que se mueven en sus conciertos. Es su forma de hacer crítica y abordar aspectos de la sociedad o situaciones de gentes en particular. “Nuestros temas se inspiran en la vida diaria y en lo que vemos, como lo que supone un pantano para un pueblo”, tema de “Isla Aneto” o “A la calle”, pero también hablan de gentes como Alodia la fumeta, el abuelo que se larga de casa porque quiere autodeterminación, Balbino Pedo, en cuyo epitafio figura que “no bibió guaire, pero zorrupió un muntón”, o el sonero Papá Montero.

Estas y otras canciones forman parte del único disco de la formación, grabado a final de 2004. Su título “¡¡Todos al monte!!” es significativo: “fue idea de nuestro amigo Flip, de “Ixo Rai”, porque Mariano Gavín fue un hombre que se echó al monte para no hacer lo mismo que los demás, tragar y callar”. No es ésta la única relación con “Ixo Rai”, del que proceden Pepín Banzo y Ugeño Gracia, porque otros músicos de la desparecida formación, Flip, Jota y Juanito Ferrández, han colaborado en el disco, al igual que lo han hecho componentes de “La Orquestina del Fabirol” y “Skabeche Riber Band”.

En la música de “Comando Cucaracha” hay un poco de todo, sones de rumba, pasodoble, rock and roll, heavy, balada y, en este eclecticismo, hasta la audacia de una invención de Pepín, la fusión de jota y ranchera, con la que se explican en una peculiar ronda, los problemas del de Mallén que se compró un camión. “Estamos seguros de que la jota-ranchera va a calar, y ahora queremos fusionar el reggae con la jota “Palomica”, de José Iranzo, el Pastor de Andorra. Va a ser mejor que “La Bomba” o “Macarena” seguro”, bromean, y en esta línea, preguntados sobre sus aspiraciones a hacer la canción del verano, responden con rotundidad: “¡totalmente!”.

Sin embargo, lo cierto es que nada está más lejos que esto de su filosofía como artistas. “La gente nos va conociendo poco a poco porque nuestra música no está en las radio-fórmulas ni en los circuitos comerciales. No nos interesa. Tocamos para la gente que, además de estar comprometida con lo que le rodea, quiere divertirse”, dice Kike, y Pepín apostilla: “las radiofórmulas, para Bisbal”. Cada componente del grupo toca en otras formaciones, pero “Comando Cucaracha” les permite “ser como somos, expresarnos como nos gusta y hacer conciertos divertidos, y creo que esto lo transmitimos”.

A las reivindicaciones que apoyan –como la oposición al recrecimiento del embalse de Yesa, que expresaron en su reciente concierto de Artieda organizado por Asociación Río Aragón dentro de la campaña “Ríos de Cultura”-, suman otra, que se haga más hincapié en la música en aragonés y de Aragón. “Se firmó hace no mucho un manifiesto para que siempre que actúe en Aragón un grupo de fuera, se incluya en el contrato un grupo de la tierra, uno por uno, pero parece que esto no se está cumpliendo. Esto ayudaría mucho a grupos que están empezando y que merecen una oportunidad”.

Ellos, por su parte, cuentan con numerosas actuaciones a sus espaldas y otras por venir en Aragón, como la próxima de Barbastro, el día 3, pero en dos ocasiones han dado conciertos fuera de su territorio, una en Tarragona y otra, en Toledo. “De frente, el Alcázar, y al otro lado, Leticia Sabater y Las Supremas de Móstoles. Nosotros fuimos con otro grupo aragonés, la Bogus Band. No sabíamos qué pintábamos allí, pero les contamos nuestra historia, la de los pantanos y el trasvase, y no les sonó a chino porque tienen problemas parecidos. Fue un pedazo de actuación, una auténtica fusión”, aseguran. Y eso que “en el centro y sur, no tienen muy bien estudiado esto mezclar batería, bajo o guitarra eléctrica con dulzaina, que requiere un micro especial y en una posición también especial, gaitas y demás”.

Esta combinación instrumental, los bailoteos constantes, unas letras que si no están por completo en aragonés –“Balbino Pedo”, “La fin”- , tienen muchas expresiones de esta lengua, de esas que salen con naturalidad, y una puesta en escena en la que los “efectos especiales” son un pedazo de bota de vino, un espadón, fotos de imágenes televisivas, un cachirulo de casi un metro de altura o unos sombreros mexicanos, es lo que hace diferente a “Comando Cucaracha”. La invitación a verlos en directo no puede quedar más clara.


Luisa PUEYO

 

Asociación Río Aragón-COAGRET