Cuando la
Asociación Río Aragón-COAGRET decidió solicitar su participación
en la Comisión del Agua de Aragón como representante de
"Organizaciones Sociales de Defensa de los Afectados por Obras de
Regulación" lo hizo tras reivindicar que los conflictos abiertos
en Aragón en lo relativo a la gestión del agua se resolvieran por
la vía del diálogo y el acuerdo, aplicando principios de equidad
territorial que reconsideraran el sufrido papel desempeñado por
las zonas de montaña y con criterios racionales que superaran la
tradicional visión depredadora que sobre nuestros ríos se había
aplicado en el pasado. Entendíamos que de esta forma se podría
superar el fracasado Pacto del Agua que, a pesar de contar con un
mayoritario apoyo político, no se había podido desarrollar por
haber nacido con planteamientos propios de comienzos del siglo
pasado y haber sido diseñado para satisfacer las demandas de los
aprovechados del agua de siempre e ignorando la voluntad de
quienes quedaban condenados, una vez más, a poner su territorio
para provecho desmedido de aquellos.
La Comisión, sin
embargo, nació viciada por una falta de equilibrio entre
demandantes de pantanos y afectados por éstos, ya que cualquier
propuesta que hicieran los primeros se sabía de antemano que sería
aprobada.
Pasado un tiempo
más que razonable para constatar el sistema de funcionamiento de
dicha Comisión y ponencias creadas a su abrigo, y tras el último
plenario celebrado el pasado 4 de abril, la Asociación Río Aragón
ha acordado MANIFESTAR QUE:
1. Siempre nos
pareció improcedente abordar las grandes infraestructuras
hidráulicas, en particular el recrecimiento de Yesa, sin haber
establecido previamente las Bases de la Política del Agua en
Aragón.
2. Desde el primer
momento quedó claro que las expectativas que nos habíamos creado
se iban a ver frustradas al constatar que, lejos de encontrarnos
en foros donde las posibilidades de solución fueran abiertas y
basadas en criterios de equidad territorial y social, había que
hablar a partir de documentos presentados por el Gobierno de
Aragón que tan solo reformulaban formalmente, en algunos casos
mínimamente, la planificación hidráulica del pasado y que no se
buscaba la mejor solución para todos sino un acuerdo
"sociopolítico" previamente configurado.
3. El debate en
torno al recrecimiento de Yesa ya fue suficientemente explícito de
lo señalado. Ni se nos suministró toda la documentación
solicitada, ni se nos concedió el tiempo más que razonable que
habíamos solicitado para presentar nuestras alternativas, ni se
permitió ningún debate técnico riguroso de manera previa a la
elaboración del dictamen. Todo ello ya conllevó nuestro abandono
momentáneo de la ponencia que debatía el tema.
4. Los deseables
acuerdos basados en la unanimidad de un órgano consultivo como es
la Comisión del Agua como los de Santaliestra-San Salvador o
Matarraña no han sido tales, ya que la Comisión sólo sancionó lo
evidente. Las sentencias judiciales que ilegalizaron Santaliestra
obligaron a los regantes a aceptar un acuerdo fuera de la
Comisión, lo mismo que ha ocurrido en el Matarraña donde el
acuerdo se realizó fuera de la mesa. En cambio, con el
recrecimiento de Yesa se aplicó de forma inmisericorde un criterio
de mayorías, que puede resultar democrático, pero es absolutamente
injusto al ser impuesto por los beneficiados a quienes habrán de
ser paganos de dicho proyecto, y que en gran medida nuestra
asociación representa.
5. A pesar de todo
lo anterior decidimos continuar en la Comisión por solidaridad y
compromiso con otros colectivos cuyos problemas estaban pendientes
de debate y por estar sin concretar las que habrían de resultar
Bases de la Política del Agua en Aragón. Este factor ha cambiado
de forma sustancial al haber decidido abandonarla una asociación
tan cualificada como la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos y
haber quedado dichas bases vistas para información pública.
6. El desarrollo
del último pleno de la Comisión del Agua ha terminado de aniquilar
cualquier esperanza de que dicho foro pueda servir para reconducir
al terreno de lo sensato la problemática del agua en Aragón. Lejos
de aproximarnos a principios de equidad territorial y abordar la
nueva planificación hidrológica mirando de forma audaz a la
Directiva Marco del Agua, dicha sesión constituyó un auténtico
regreso a las cavernas de la peor política hidráulica. Con una
amplia mayoría, que ya se buscó al crear la Comisión, y contando,
lamentablemente, con la complicidad de tres de los cuatro
representantes de ADELPA se aprobaron cosas tan sangrantes como:
la realización de todas las obras del Pacto del Agua, impedir que
para las restituciones históricas se apliquen tarifas o cánones a
los usuarios, definir los cauces de los ríos como lugar único en
la práctica para almacenar agua, reintroducir la posibilidad de
inundar pueblos o retomar proyectos desechados en otras ponencias.
Al propio tiempo se rechazaron de forma sistemática propuestas
absolutamente razonables que provenían de las organizaciones
ecologistas.
7. Algunas de las
propuestas más retrógradas provenían del propio Instituto Aragonés
del Agua que, lejos de mantener una cierta posición de
equidistancia y rigor, apostaba por los más trasnochados
planteamientos agraristas y redentistas del secano y obviaba su
obligación de contribuir a la implantación de una Nueva Cultura
del Agua que mire mucho más hacia el buen estado ecológico de los
ríos.
8. Constatamos que
en estos momentos nuestra presencia en este foro podría servir
para legitimar, aunque el voto fuese negativo, determinadas
decisiones que atentan de forma frontal contra los intereses de
los afectados que representamos y que son los que, con el tiempo y
a costa ingentes esfuerzos, se han ganado la representación digna
del papel que puede o no seguir jugando la montaña en lo que a
usos del agua se refiere.
Por todo ello hemos DECIDIDO
1. Abandonar la
participación en la Comisión del Agua de Aragón como representante
de "Organizaciones Sociales de Defensa de los Afectados por Obras
de Regulación".
2. Estar
vigilantes y denunciar si se diera el caso que este puesto pueda
ser ocupado por organizaciones que, lejos de defender a los
territorios realmente afectados por el recrecimiento de Yesa y que
luchan contra él, son meros instrumentos de los beneficiarios de
dicho proyecto.
3. Seguir
utilizando todas la vías para combatir el recrecimiento de Yesa a
cualquier cota e impulsar una nueva política de aguas en Aragón
basada en la aplicación audaz de la directiva Marco de Aguas desde
claros principios de unidad de cuenca y la restitución del
desastre para la montaña de las políticas hidráulicas del pasado
concretando auténticos principios de equidad territorial.
Teléfonos de
contacto
Guillermo
Lacasta (650 454 979), Miguel Solana (699 408 426), portavoces de
la Asociación Río Aragón.
Secretaría de
Prensa de la Asociación Río Aragón contra el recrecimiento de
Yesa-COAGRET
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Tf.: (+34) 650 454 979
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