13/07/2007 EUROPA PRESS
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció su
intención de sacar adelante cuanto antes el proyecto de
recrecimiento del pantano de Yesa a cota media, sin tener una
nueva declaración de impacto ambiental, de manera que se puedan
acabar las obras a finales del año 2009.
Esta decisión suscitó diversas reacciones. Por una parte, el
Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Aragón
estimó que la decisión era "una noticia magnífica y un gran
acierto". Sin embargo, la Coordinadora de Afectados por Grandes
Embalses y Trasvases (COAGRET) indicó que es "ineludible" llevar a
cabo una nueva evaluación de impacto ambiental para este proyecto.
El nuevo alcalde de Artieda, Javier Jiménez, ante el anuncio de la
ministra Cristina Narbona aseguró que "seguiremos luchando contra
el recrecimiento de Yesa, y cualquier alegación que se pueda
recurrir ante los tribunales la recurriremos". "No cambiamos de
opinión, porque este proyecto nos parece ilegal, injusto e
innecesario", apostilló.
"Cuando el Ministerio de Medio Ambiente realizó la consulta previa
sobre la necesidad de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA),
dijimos que sí que era necesario porque entendemos que bajar la
cota no es un proyecto nuevo", sino que es una modificación del
anterior, y que por lo tanto necesitaría de nuevos estudios para
asegurar la estabilidad de la ladera.
El "problema" es que "sólo con el deslizamiento que se produjo
--en verano de 2006--, ya sólo con eso sería necesario un EIA
nuevo", consideró. Esta obra, según el primer edil de Artieda,
"necesita un estudio más serio y más riguroso que el que se hizo",
informe del que "también denunciamos las formas en que se
elaboró", porque los trámites de realización del estudio fueron
"una chapuza, y se hicieron aprisa y corriendo para aprobarlos
cuanto antes", aseveró.
Además, cuando se elaboró el primer informe de impacto ambiental,
"lo realizó el Colegio de Geólogos de Madrid, ni siquiera el de
Zaragoza", y "dicen que los informes que hacen son independientes,
pero siempre acaban diciendo lo que quiere la administración",
algo que para Jiménez es "muy sospechoso".
Frente a los análisis de la administración, Jiménez recordó que
existe un estudio del año 1993, del profesor Antonio Casas, que
"aunque estaba hecho con datos muy básicos, anunciaba que se podía
producir un deslizamiento. Se iniciaron las obras y la ladera se
movió", apuntó, y ahora "se intenta echar tierra encima para
acallarlo cuando hay gente que opina lo mismo que él".
Incluso, "el mismo proyecto inicial de Yesa reconoce que podría
haber deslizamientos en la zona, justo donde se produjo, y si se
produjese un sismo, porque estamos en el Pirineo, una zona con
movimientos y de riesgo, y si al sismo le unes el embalse
recrecido" esto podría originar un deslizamiento mayor.
El problema radica en que "todos los informes" hechos con
posterioridad al deslizamiento de tres hectómetros cúbicos de la
ladera izquierda del embalse, "se refieren a esos tres hectómetros
cúbicos que se deslizaron, pero no se analiza el resto de la
ladera", en la que también podrían existir riesgos de
deslizamiento de tierra.
Así, "para nosotros es una aberración lo que está haciendo la
administración con estos informes" y por eso "queremos estudios
serios y rigurosos. Es necesario un nuevo EIA y lo seguiremos
pidiendo", recalcó.
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