Hoy más
que nunca, queremos deciros lo orgullosas que estamos de
vosotros. Hace más de 30 años que decidimos formar nuestro
futuro en Artieda. Un futuro lleno de ilusión, porque aquí
habían vivido nuestros padres y abuelos, y porque aquí era
donde queríamos formar nuestra familia, tener a nuestros
hijos y de alguna manera, vivir de lo que nuestros padres
nos habían dejado con tanto esfuerzo.
Nacisteis,
y desde muy pequeños vivisteis la amenaza de un pantano. Un
pantano que quería acabar con todas esas ilusiones.
Crecisteis junto con nosotros en manifestaciones,
conferencias y reuniones, y poco a poco os dabais cuenta de
que todo aquello era una sinrazón.
Hoy,
muchos de vosotros habéis decidido vivir en Artieda, otros
sois universitarios, pero a todos os unen y formáis parte de
estas tierras. Por eso no dudasteis en defender esa pancarta
el día 10 de octubre con tanta dignidad y firmeza, solo con
la fuerza de la razón.
Puede
que no heredéis nuestras tierras, pero sí la dignidad de un
pueblo que solo quiere vivir aquí.
Vosotros sois el futuro y un ejemplo a seguir, gracias por
ser como sois.
María Jesús, madre de Artieda
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Habéis
crecido entre pancartas, manis, reuniones, aquí y allá; en
todo lugar donde decir alto y claro YESA NO. Defendiendo
nuestras tierras y nuestra dignidad.
Algunos
estáis cerca de los 30, y vivís y trabajáis en Artieda.
Otros en torno a los 20, os estáis formando en la
Universidad. Y los más peques, en el cole, poniendo en la
pizarra “YESA NO, queremos vivir aquí”.
Pero
todos el día 10, en momentos tan difíciles, nos hicisteis
sentir que el mensaje ha calado, que nuestro pueblo es más
que un “puñao de parné”, que la dignidad está por
encima de intereses políticos, que bajo el mal llamado “bien
de interés general” quieren machacar más, aún si cabe,
esta comarca.
Gracias
por hacernos sentir que nuestra lucha vosotros la entendéis,
que merece la pena luchar por lo que se quiere y por lo que
se cree. Parte de nuestra herencia está a buen recaudo; la
otra parte, juntos lucharemos para conservarla. Gracias por
querer vivir aquí.
Marisa, madre de Artieda
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