- Con sus palabras,
Gustavo Alcalde imputa a personas de reconocido prestigio
ciudadano y a organizaciones que constituyen la base de
nuestra vida democrática, una pretendida colaboración con
el terrorismo
Recientemente el Sr. D.
Gustavo Alcalde, secretario general de PP en Aragón,
relacionaba públicamente, en un acto de su partido en Caspe,
a los movimientos y personas que se oponen a la construcción
de grandes embalses con Herri Batasuna.
Personalmente me siento
insultado gravemente. Pero si quiere que le diga la verdad,
D. Gustavo, el nivel personal no me preocupa demasiado, pues
no creo que este tipo de insultos puedan dañar el concepto
que de mí tengan quienes me conocen. Ya en el debate del
Consejo del Agua de Cuenca, en la Confederación Hidrográfica
del Ebro, el representante de Aguas de Navarra se dirigió a
mí, hablando de "esos científicos que tienen la conciencia
manchada de sangre" a propósito de mis críticas técnicas al
embalse de Itoiz. En aquella ocasión, un miembro de su
partido se levantó discretamente y fue hasta este señor para
explicarle al oído que yo era un defensor practicante de la
lucha No Violenta. Antes de que yo llegara a intervenir, el
mencionado señor se apresuró a pedir disculpas públicamente.
Sin duda, son otros tiempos, y hoy, al parecer, el Partido
Popular ha cambiado, no sólo sus tácticas, sino también sus
actitudes políticas y su concepto de la dignidad y del
respeto democrático.
Por si usted no lo sabe
(como el señor del que le hablaba), personalmente pienso que
los conflictos sociales y políticos deben siempre ser
resueltos por la vía del diálogo. Desgraciadamente, muy a
menudo, los poderosos no asumen este punto de vista y se
creen legitimados (en el mejor de los casos por las urnas, y
en otros muchos casos por su dinero y su poder, simple y
llanamente) para imponer sus decisiones (acordes
generalmente a sus intereses), aunque ello implique graves
quebrantos a personas y comunidades (quebrantos que a veces
implican incluso transgresiones de los derechos humanos
individuales y colectivos). En esos casos, entiendo que los
oprimidos tienen, no sólo el derecho, sino el deber de
luchar; pero desde la No Violencia. Esto, como usted bien
sabe (y si no, espero que alguien de su entorno se lo
explique), no sólo lo pienso, sino que lo practico y lo he
practicado, aún a costa de ciertos sacrificios, comisarías,
algún palo que otro y algo de hambre en ocasiones. Pero el
objetivo de esa lucha No Violenta es el diálogo. El objetivo
es ganar la fuerza social y moral suficiente para que el
poderoso baje de su prepotencia y se avenga, desde el mutuo
respeto, al diálogo.
En todo caso, como le
decía, el nivel personal es el que menos me preocupa. De
hecho, estoy seguro de que para ustedes, ese aspecto es, al
menos en este caso, el menos relevante. Lo que si me
preocupa, y mucho, es el daño que ustedes están haciendo con
esta forma de "hacer política" (forma de hacer que sin duda
deshonra a la política), no sólo a determinados movimientos
sociales, sino a la vida democrática. Con sus palabras,
usted imputa a personas de reconocido prestigio ciudadano y
a organizaciones sociales que constituyen la base de nuestra
vida democrática en Aragón, una pretendida colaboración o
simpatía con el terrorismo que resulta insultante e
inaceptable, para todos y para esta democracia que tanto nos
costó conquistar.
El PP en Aragón, con este
estilo agresivo que viene practicando el Sr. Aznar desde
hace tiempo, parece querer distraer la atención electoral de
los ciudadanos, eludiendo asumir sus responsabilidades en la
imposición de esas políticas de hechos consumados que hace
años anunció el Sr. Cañete, con tanta arrogancia como mala
educación; políticas hidráulicas presididas por esos
trasvases del Ebro que alimentarían oscuros negocios en el
litoral mediterráneo y que el pueblo aragonés viene
rechazando con democrática contundencia.
Más allá de tener una
posición u otra, respecto a esas obras más polémicas del
Pacto del Agua, que suponen inundar pueblos y valles
habitados, creo que somos muchos los que nos sentimos en el
derecho de exigirles respeto a las personas, a los
movimientos sociales y a las normas de la convivencia
democrática. Respeto a los científicos (muchos, de alto
prestigio nacional e internacional), a los colectivos
ciudadanos y a los partidos políticos que se oponen a estas
obras desde ese Movimiento por una Nueva Cultura del Agua,
que marca el presente y el futuro de la modernidad en
materia hidrológica en el Mundo (aunque ustedes no quieran o
no les interese entenderlo). Ya vale de criminalizar a
cuantos discrepan de su política. Simplemente no es
admisible en democracia presentar al discrepante como
traidor, antipatriota, mezquino y otras lindezas a las que
el Sr. Aznar nos tiene acostumbrados últimamente. Por otro
lado exigimos al PP respeto a quienes, desde posiciones
favorables o contrarias a la construcción de estas grandes
presas, promovemos el diálogo social y político como único
camino para resolver en Aragón nuestro problemas, al tiempo
que respaldamos los esfuerzos por preservar la unidad del
movimiento ciudadano contra el actual PHN impuesto por el
Gobierno del PP. Este es probablemente el objetivo central
de sus provocaciones: romper esa unidad ciudadana que les ha
puesto contra las cuerdas en Aragón y en Cataluña. Espero
que no lo consigan.
Sr. D. Gustavo Alcalde,
deben ustedes reflexionar, no sólo sobre sus errores en
materia hidrológica, sino sobre ese estilo de hacer política
que han asumido, bajo el liderazgo prepotente del Sr. Aznar,
en el que todo parece valer, incluida la mentira
sistemática. La forma en que el Gobierno ha intervenido ante
la crisis del Prestige y la forma en la que se nos ha
mentido para, pretendidamente, justificar nuestra
participación en esa guerra de Irak, parece ahora aplicarse
a la política aragonesa con la misma prepotencia y descaro
de la que ha hecho gala su partido en la política española,
tanto a nivel interno como internacional. Recuerde,
rectificar es de sabios, y no de débiles.
*Profesor del Dpto. de
Análisis Económico de la Univ. de Zaragoza y Premio Goldman
2003 para Europa
|