Opinión
Heraldo de Aragón, 18-VII-2002
Con el agua al cuello

Belén Boloqui, presidenta de APUDEPA

            La delicada situación que ha llevado desde su inicio el proyecto de recrecimiento de los grandes embalses del Pirineo, Biscarrués, Yesa y Santaliestra, con claro rechazo social de buena parte de su población, y las recientes sentencias del Tribunal Supremo sobre Santaliestra y el informe del fiscal sobre Yesa, ambos con informes durísimos contra altos cargos de la administración, deberían haber servido, cuando menos, para que el presidente de la Confederación Hidrográfica de Ebro mostrase un posicionamiento moderado, más acorde con lo que Aragón desea –y sobre todo necesita– de un presidente de la CHE. Con ese timón no alcanzaremos puerto firme y a buen seguro que se naufragará como proyecto colectivo. Hablar tan bravuconamente cuando los jueces están poniendo en tela de juicio planteamientos y modos de actuación del anterior presidente de la CHE -y de otros altos cargos- no deja de ser una temeridad. La prudencia obliga a callar al actual presidente.

            Hace muy pocos días el representante de la CHE declaraba en HERALDO DE ARAGÓN sobre carreteras nacionales en torno al embalse de Yesa, información pública y alegaciones... “empezaremos a tope, a un ritmo fuerte”, matizaba. ¿Cómo se pueden hacer semejantes declaraciones cuando esta carretera y las orillas del pantano están afectados por el trazado del Camino Histórico de Santiago, caminos Norte y Sur, aprobados por la UNESCO y que este organismo internacional no ha modificado? ¿Cómo se puede decir esto cuando el Sr. Bandarin, Director del Centro del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ha expresado en una carta personal reciente su preocupación por el proyecto del embalse que “representa una amenaza para parte del Camino de Santiago de Compostela”? ¿Cómo se puede decir esto cuando el juez que instruye Yesa ha solicitado a los representantes de las UNESCO en España, es decir a ICOMOS, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, información relativa al proyectado recrecimiento y las afección relativa al Camino de Santiago? ¿Cómo puede justificar el Gobierno de Aragón su propuesta del 20 de julio del 2001 con el “nuevo trazado provisional” del Camino sin presentar en esa fecha ni una sola prueba pública de la historicidad del nuevo itinerario? No hay que olvidar tampoco que el concepto del patrimonio es dinámico y que cuando hablamos del camino hay que hacerlo con los criterios actuales del mencionado Centro de la UNESCO, es decir, hay que valorar su aspecto físico con su paisaje natural y medioambiental, histórico, artístico y social; sus elementos materiales e inmateriales; sus restos arqueológicos; su patrimonio etnográfico; el que haya sido nexo de culturas y el que haya contribuido a formar el concepto de Europa. ¿Creerán que trasladar un monumento, “unas piedras”, como algunos todavía gustan llamar displicentemente, hacer algo así como un parque temático, representa a estas alturas conservar el camino histórico?

Abundando en datos y alertada la UNESCO de que el camino histórico peligraba, ICOMOS solicitó recientemente a la cartografía aprobada por la UNESCO y en ella se puede apreciar que en la actualidad el camino histórico se sigue manteniendo en la mayor parte del entorno de Yesa. Estos datos no concuerdan con lo que ha respondido en fechas recientes el Secretario de Estado de relaciones de las Cortes españolas a la pregunta que hizo por escrito el diputado Labordeta en la que solicitaba aclaración a las “actuaciones ante la amenaza que supone el recrecimiento del pantano de Yesa para el actual trazado del camino de Santiago en Aragón”. El Secretario de Estado dio respuesta manifestando que la autorización del traslado fue adecuada por cuanto el camino actual constituye una modificación del original, afectado por la construcción del actual embalse y que “dicho traslado [el del camino] no afecta a la integridad histórica del mismo” (29 de mayo del 2002). ¿Han seguido la confusa respuesta? Cita el secretario la “importante” afección del embalse pero la cartografía demuestra casi lo contrario, es decir, que su construcción alteró sólo de forma parcial la conservación del camino histórico y que le afectó bastante menos de lo que se suele decir. En conclusión, entre 1993 y el 2001 los dos caminos históricos seguían, básicamente, manteniéndose. A su vez el mencionado portavoz omitió en su comentario la importante modificación que llevó a efecto el Gobierno de Aragón el 20 de julio del 2001 (BOA), entendiendo esta asociación que se hizo “por arte de magia”, pues ya ha transcurrido un año y todavía no ha presentado dato histórico, o material de cualquier índole, que avale la nueva delimitación. En esa fecha el Gobierno de Aragón anuló, ni mas ni menos, que el Camino Norte y alteró unos cuantos kilómetros del Camino Sur, entre Artieda y Ruesta, los suficientes para facilitar el recrecimiento del pantano de Yesa.

 El presidente de la CHE, en lugar de tanta prepotencia, debería de preocuparse de tener buenos asesores en patrimonio cultural que su cargo obliga. Podría hacer declaraciones públicas por otras muchas cosas en relación con la gestión del agua. Para mostrar cautela tiene con las aguas del Ebro, a su paso por Aragón, que de su administración hay mucho que hablar y “las cuentas” no salen. Si a orillas del gran río muchos pueblos aragoneses pierden población qué vamos a esperar del resto de las comarcas. En el curso del Ebro vemos estos días su escasísimo caudal; el verdín de las algas próximas a la toma de agua de boca de algunas localidades; el mejillón cebra alarma y el regadío es exiguo a uno y otro lado de la ribera. Sería interesante conocer cuántas hectáreas de regadío había en el año 1930 y cuántas en el 2000 y cuántas centrales eléctricas se habían instalado en el río en esas dos fechas.

En otro orden de cosas, pero siempre relacionándolo con la política hidráulica aragonesa , sería aleccionador saber si la CHE impulsa la catalogación de las construcciones del agua –azudes, canales, acequias, aljibes, molinos, etc.– como bienes del patrimonio cultural, incluidas la catalogación de las fábricas eléctricas en la misma orilla con sus “minas” de agua y sus naves de generadores y turbinas. Elementos materiales e inmateriales hay, y muy interesantes, para ser protegidos por el departamento de patrimonio pero al irreflexivo ritmo que se sigue se van a arruinar y con ello uno de los motores de desarrollo de Aragón. Así lo expresó APUDEPA el 11 de junio en la Cortes de Aragón en su comparecencia ante la Mesa de Revisión del Pacto del Agua que para eso fuimos llamados. Se reconozca, o no, estamos “con el agua al cuello”, decir lo contrario es desconocer la realidad y para llegar a esa conclusión no hace falta ser un experto, sólo hace falta moverse, hablar con la gente y hacer un seguimiento continuado de la prensa.

Belén Boloqui. APUDEPA (Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés).

Asociación Río Aragón-COAGRET