OPINIÓN

Siete de Aragón, n.º 317-318, del 12 al 24 de marzo de 2001

Hidrofundamentalistas

Ramón M. Álvarez Halcón

El dominio de los Talibán en Afganistán es hoy en día objeto de interés mundial. No tenían bastante con destruir la libertad de las mujeres afganas, ahora les ha tocado el turno a los símbolos religiosos de otras culturas, obras de arte que han llegado a su fin con total impunidad. Dado el actual contexto mundial de dominio norteamericano, no resulta extraño saber que EE.UU. es cómplice de los Talibán por intereses geopolíticos y económicos. Cuando hay intereses del tío Sam, poco importa la destrucción de las monumentales estatuas budistas. Estas cosas se esclarecen con el tiempo, pero de momento no nos engañan.

La milicia integrista afgana Talibán actúa con la irracionalidad propia del fanatismo religioso. Puestos a intentar explicar las razones que mueven a los Talibán a destruir lo que ellos interpretan como meras estatuas de piedra, restando así el valor religioso y artístico que poseen, llegaremos a la conclusión de que su postura es contradictoria: si sólo son piedras talladas, ¿por qué gastar munición y esfuerzo en destruirlas?

El fundamentalismo religioso de los Talibán conduce a repudiar los símbolos de otras confesiones religiosas, y a menospreciar sus valores artísticos e históricos reduciéndolos a la materia que los compone: mera piedra. Pero no hay necesidad de trasladarse a Afganistán para descubrir posturas similares a los Talibán en este sentido. En España tenemos un gobierno cuyo Plan Hidrológico Nacional interpreta a los ríos como meros cauces de agua que si no se regulan al máximo la dejan perder en el mar.

A fin de cuentas, es el mismo argumento de los Talibán: donde hay obras con valores artísticos, arqueológicos e históricos ellos ven piedras molestas, y donde hay ríos con valores ecológicos y socioculturales estos otros ven agua desaprovechada. Frente a la defensa de estos valores, los "hidrofundamentalistas" responden con toda su artillería, haciendo del trámite del PHN un "paseo militar". Mientras tanto, otros tienen intereses políticos en Aragón que les impiden reconocer que los embalses son para trasvases. Afganistán no cae tan lejos.

 

Asociación Río Aragón