Opinión
El Periódico de Aragón, 29-VI-2003
El desatino del PHN  
  • El Estado norteamericano evita obras y trasvases y debate cómo garantizar el agua del futuro

Narcís Prat*
 

Incluso desde California uno se puede enterar de los inexorables pasos que está dando el Gobierno español para perpetrar uno de los mayores desaguisados ecológicos de la historia ambiental de España, el Plan Hidrológico Nacional (PHN). Sin esperar al PIDE (Plan Integral Defensa del Ebro) que establece el propio PHN, ha sacado a concurso el trámite burocrático del estudio de impacto ambiental del trasvase para acelerar su construcción en un momento que la oposición al mismo no cesa de aumentar.

En California existen varios trasvases y la gestión del agua es un tema de actualidad permanente. Las leyes de protección de las especies animales y la de las aguas limpias han puesto en jaque la política tradicional de construcción de infraestructuras. En California, la protección de los ríos (y muy especialmente de los salmones) es hoy tan prioritaria como el abastecimiento a las poblaciones.

Las decisiones ya no las toma el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, sino que deben ser forzosamente derivadas de una negociación entre muchos actores, entre los que se incluyen numerosas agencias estatales y federales, además de grupos ciudadanos, agricultores, científicos y ONG. Nada que ver con lo que pasa en España, donde el cuerpo de ingenieros de obras públicas sigue tomando las decisiones sin contar apenas con otros actores y mucho menos con los ciudadanos, científicos y ONG, y con gran desprecio a los efectos ambientales de su política del agua.

Más de 22 millones de ciudadanos de California viven en la conurbación de los dos ríos más importantes que desembocan en la bahía de San Francisco, el Sacramento y el San Joaquín. Su rica agricultura mueve más de 27.000 millones de dólares al año y es bien conocida su industria de todo tipo que soporta una de las economías más prósperas del planeta. El agua que mueve esta economía es básicamente la de los dos ríos mencionados, que además tienen una biodiversidad impresionante con más de 750 especies animales y vegetales y el 80% de las pesquerías comerciales de salmón del estado de California.

Ante el reto de un incremento de la población importante (se habla de una California de 50 millones de habitantes para el 2025) y del aumento constante de la actividad económica, ¿cómo será la política del agua de California en estos años? La respuesta es el programa CALFED, una iniciativa destinada a pacificar la lucha de intereses entre los diferentes usuarios del agua para poder llegar a un uso sostenible del recurso que permita a la vez abastecer de agua a todos y mantener la salud de los ecosistemas.

El programa CALFED es una iniciativa que coordinan 23 agencias estatales y federales, todas al mismo nivel de importancia, y que establece un grado de participación muy importante en la decisión de los proyectos a realizar a las agencias locales de los municipios, las comarcas (counties ), los diferentes usuarios y lo que aquí se llama skateholders, o sea, aquellos que tengan algo que decir en el tema como ONG, ciudadanos concienciados...

Un aspecto importante del programa es que reconoce que hay muchos aspectos del problema que desconocemos y por ello establece dos acciones: decidir con lo que ahora sabemos, pero dejar esta decisión abierta por si en el futuro hay que rectificar porque nuevos conocimientos nos obligan a cambiar nuestras decisiones.

Para ello, el CALFED ha desarrollado un programa científico propio para, de forma más efectiva, poder responder a aquellas preguntas que no tienen hoy respuesta y ha dotado a este programa de unos fondos considerables (300 millones de dólares para los próximos siete años).

Un comité de 30 miembros (multidisciplinar y con representación de todos los actores), con nueve subcomités de trabajo, asegura que el programa se siga, que llegue el dinero para todas las acciones (los fondos vienen tanto del Gobierno federal y del regional como de los locales) y que se apliquen las medidas legislativas para poder acelerar los cambios necesarios para mejorar la gestión del agua.

¿Cuántos embalses nuevos prevé el CALFED en los próximos 30 años? Uno, como máximo. ¿Cuántos nuevos trasvases? Ninguno. ¿En qué se basa su estrategia? Eficiencia en el uso del agua, educación de los ciudadanos y políticos, corresponsabilidad en la toma de decisiones de los diferentes actores, restauración de los ecosistemas, mejora de la calidad y alguna infraestructura a decidir en el futuro si es necesaria.

¿En qué se parece el PHN al CALFED? En nada. El primero sigue siendo más de lo mismo, un programa de obras sin futuro para todos los que las van a sufrir; el segundo es una apuesta por el desarrollo sostenible. ¿Para cuándo un programa similar en España?

*Catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona y profesor visitante de la Universidad de California, Berkeley

Asociación Río Aragón-COAGRET