Opinión
CARTA ABIERTA A JOSÉ ÁNGEL BIEL RIVERA, PRESIDENTE DEL PARTIDO ARAGONÉS

Señor Biel:
            Soy una de las muchas personas que dentro y fuera de Aragón se sienten profundamente decepcionadas por la traición que la dirección del Partido Socialista Obrero Español ha perpetrado en Bruselas, donde tantas esperanzas teníamos cifradas de derrocar al Plan Hidrológico Nacional. Imagino que Usted y su partido serán especialmente sensibles a este cambio repentino de rumbo aunque proceda de una formación que nunca mantuvo una postura definida contra este Plan Hidrológico -José Luis Rodríguez Zapatero sacaba de la carpeta el discurso que mejor se acomodaba al auditorio, sin importarle la evidencia de sus contradicciones-, y la memoria de la ciudadanía recuerde el proyecto trasvasista de José Borrell, aún más gigantesco que el del Partido Popular.

            Una vez más Aragón ha sido víctima de partidos con jefe en Madrid. Pero yo creo que a Aragón las heridas que más le duelen son las propinadas por quienes presumen de ser sus valedores desde equipos caseros, gestados desde la inmediata proximidad y con gente de la propia tierra. En el veinticinco aniversario del Partido Aragonés, he querido conocer más de Ustedes y he visitado su página web. En ella están expuestos pormenorizadamente sus argumentos contra el Plan Hidrológico Nacional, así como las alegaciones que frente al anteproyecto del mismo presentaron. No seré yo quien niegue que Ustedes, desde que nacieron como partido, se vienen oponiendo al trasvase del Ebro. Y esto me parece un buen punto de partida para entendernos, pero desde mi postura de no militante en ninguna formación política, con el desapasionamiento electoralista que ello me procura, con todo respeto, pero también con toda firmeza, le ruego a Usted, Señor Biel, que en aras a su papel en este momento histórico de total indefensión de Aragón, se apee de una vez por todas del viejo costismo y como Vicepresidente del Gobierno Autónomo, tome responsablemente las riendas de la única trinchera realista y legítima frente al Plan Hidrológico Nacional. Ya sabe a lo que me refiero.

            Tras la lectura de los puntos en que, con palabras que entrecomilladas reproduzco textualmente, condenan el "enfoque exclusivamente hidráulico" del Plan Hidrológico porque Ustedes entienden que "el agua puede y debe ser elemento fundamental en la ordenación del territorio", pienso que, si esto mismo lo predicaran y aplicaran dentro del territorio al que deben su gentilicio regionalista, lo que nos uniría a los aragoneses frente al atropello del Partido Popular y su dictatorial proceder, sería realmente mucho más importante y sólido que lo que nos está separando. Lo que nos está separando, aunque Usted se resista a reconocerlo, es de una grave trascendencia y seguirá presente mientras regar sea perniciosamente interpretado y vendido como sinónimo de empantanar al prójimo.

            Ustedes dicen estar en contra de "los profundos desequilibrios económicos y demográficos que se dan entre la España Interior y la del Arco Mediterráneo" y añaden que "el Partido Aragonés rechaza esta propuesta de Plan Hidrológico Nacional porque considera que una planificación hidrológica es algo más que un plan puramente hídrico". Me parece una postura muy comprensible y que es ampliamente compartida tanto por la élite del pensamiento y la cultura como por la gente sin titulaciones de alto rango. Y Usted, señor Biel, comprende sin ninguna duda, que el agua tiene valores históricos, lúdicos, sentimentales. El agua, y más concretamente el río Ebro, es mucho más que un filón para saciar el productivismo. Pero considere Usted, que en el caudal del Ebro y en su discurrir, van física y espiritualmente todos los ríos de nuestra Comunidad, de ahí que sea un inequívoco referente de lo aragonés. Decir Jalón, Jiloca, Pancrudo, Guadalaviar, Matarraña, Guadalope, Ésera, Gállego, Ara, Aragón, Huerva, Aguas Vivas, y otros riachuelos casi sin nombre en el mapa... es también decir Ebro y es también decir Aragón. Por tanto proteger esos cauces y sus entornos naturales y humanos, es estar plenamente a favor de un Ebro a salvo de esa explotación salvaje que Ustedes censuran.

            Lamentan Ustedes que no se haya tenido en cuenta a la Comunidad Autónoma de Aragón a la hora de tratar de gestionar el agua. Esto no es nuevo entre nosotros. Por triste ejemplo le cito lo sucedido con Jánovas -y por extensión a todo el valle de La Solana-, que incluso bajo la democracia oficial, sufrió la barbarie que ahora Ustedes exigen que se repita en otros lugares. Y, por favor, no me hable de contraprestaciones. Usted mismo, en su artículo de elocuente título, "Aragón no se vende", publicado el 27 de Junio de 2000 invita a no rendirse, a no sucumbir al triunfalismo de quienes creen que ya han ganado la batalla contra nuestros intereses. De este escrito, me quedo con su penúltima frase: "Este no es un pueblo que agache sumisamente la cabeza". Es lo que está sucediendo en Santaliestra, en Artieda y en todos los colectivos que se acogen bajo las siglas de Coagret. Sencillamente, ponen en práctica la teoría que Usted expone. Entiendo que debería llenarle de satisfacción que ese mensaje que Usted divulga esté calando tan profundamente en nuestra sociedad.

            Como Ustedes señalan en su web, Aragón no es culpable de que los votos de Levante y de Murcia sean superiores en número a los nuestros. Tampoco lo son el medio rural, sobre todo el montañés, de suponer un peso menos relevante de las urnas. Por eso, al pensar en el Pacto del Agua que con tanta vehemencia Usted defiende, yo también me pregunto, al igual que Ustedes al repudiar el trasvase: "¿es eso democracia o es una injusticia?". Revise, por favor, las cifras del Plan Nacional de Regadíos, números fríos y duros. ¿Cuánta agua se necesita para regar esas hectáreas?. A Ustedes no les falta razón cuando en el punto séptimo de su explicación del temido trasvase del Ebro dicen que "el resto de obras y dinero invertido son para crear más pantanos para que existan excedentes de agua para que se la lleven". Ahí estamos todos de acuerdo. Por favor, sigamos en esa línea, señor Biel. Recorramos el camino que rebasa el marco del tópico y la sed. Yo, que me considero una persona de mediana capacidad intelectual lo hice. Yo también era una de tantas personas que exigían las obras pendientes en Aragón -sin tener ni idea de lo que estaba diciendo- hasta que, debidamente informada, comprendí que una falacia, con el paso de los años, es una falacia vieja, pero no deja de ser una falacia. ¿No va a ser capaz de hacerlo Usted?. ¿Le parece positiva la convivencia que se nos avecina si el Pacto del Agua se lleva a efecto?. El Pacto del Agua es la llave maestra que abre las compuertas del trasvase. De ahí que desde algunos sectores de Murcia se pida Yesa. Ni Usted ni los de su partido son tan ingenuos de pensar que lo hacen por solidaridad con Aragón. En otros sectores hace mucho tiempo que no lo somos, aunque Usted y los suyos, lejos de sumarse a nuestra filosofía, nos tachen de radicales.

            El Partido Aragonés afirma que el delta necesita aportación de agua dulce. Esto les diferencia del Ministro Matas, que para vergüenza de la poca dignidad que porte en su cartera de Medio Ambiente, tantas veces ha hecho el ridículo refiriéndose a los caudales que se pierden en el mar, desoyendo a científicos que desde varias fuentes -y desde el fondo de algún archivo secreto-, han calificado con un rotundo suspenso el Plan Hidrológico Nacional. Ustedes saben y manifiestan que este plan incluye "actuaciones que suponen un enorme impacto desde el punto de vista medioambiental". ¿Qué dice su partido ante las irregularidades de Santaliestra y las que se están dando en el resto de proyectos del Pacto del Agua?. ¿Bastará un resquicio legal para hacer realidad un murallón que, conforme o no a las farragosidades del mundo jurídico -que Usted bien conoce-, seguirá implacablemente la ley de la naturaleza y, simplemente, reventará?. ¿Es menos preocupante estar en peligro bajo el murallón de un pantano si éste cuenta con todos las pólizas y trámites de las formalidades de protocolo y despacho?.

            Por todas estas reflexiones, permítame, Señor Biel, recomendar tanto a sus simpatizantes como a sus detractores una detenida visita a la página web del Partido Aragonés. Tras su lectura, podrán elegir entre proveer a Aragón con los caudales provenientes de una romería o bien, como mandan los nuevos tiempos, optar por la Nueva Cultura del Agua. A juicio de don Javier Alvo, miembro destacado de su partido, a quien escuché en un debate llevado a cabo en Zaragoza en vísperas de la manifestación de Madrid del 11 de Marzo de 2001, si en Aragón tuviéramos los Alpes en lugar de los Pirineos, el problema de regular los ríos estaría resuelto porque dispondríamos de unos magníficos vasos naturales. ¿Y esta característica de nuestra orografía, que no tomó suficiente sopa de los dioses, es un pecado por el que han de penar los de la montaña?. En su partido, deberían saber que, dado que no podemos aupar sobre tacones a nuestras cimas, la solución radica en apreciar ese territorio y en servirnos sosteniblemente de él. Cuando Usted habla de los valores turísticos de Aragón, ¿ha pensado en los deportes de aventura y en el respetuoso aprovechamiento de los paisajes, o está soñando en rodar un bis de Tiburón o de la Sirenita en algún pantano...?. No se me ha pasado por alto su mención en el artículo citado, de un hipotético Terra Mítica en Monegros, si bien Usted mismo, como sorprendido de su propia osadía, matiza que no es su referencia "ese tipo de uso del agua". Mejor que no lo sea.

            Y como no todos los días se escribe una carta a un líder político, aprovecho para invitarle a que antes de ir a la manifestación del día 10 en Barcelona, reflexione sobre la conveniencia o no de estar allí. El mensaje de esa convocatoria es claro. La gente de la montaña, los grupos ecologistas, los ciudadanos del delta saben que los pantanos del Pacto del Agua son el trasvase del Ebro. No hay espacio para ambigüedades. Espero que por bien de la imagen y la coherencia de su partido, si no lo entienden así, si prefieren continuar en el divorcio entre lo que critican a Madrid y lo que reclaman para Aragón, no acudan a Barcelona. El espectáculo de su manifestación "a medias" en Bruselas y en la Plaza del Pilar del pasado 9 de Septiembre de 2001 no ha de repetirse. No sean competencia desleal para el noble oficio de comediantes. Aragón, Agua y Futuro es un lema admisible siempre y cuando no haya ahogados ni humillados en el reverso de esa pancarta.

            Pero si quieren diálogo, guerra cívica y sin cuartel al paseo militar, si creen en la igualdad de oportunidades, respetan la diversidad, defienden integralmente el territorio de Aragón, quieren regadío, economía, turismo, futuro, agua de calidad sin agua de dolor... es imprescindible que no entren en acción las máquinas. No habrá entendimiento mientras siga adelante el recrecimiento de Yesa, o la construcción de Mularroya, Lechago, Santaliestra o Biscarrués, del mismo modo que no lo habría si cada día robáramos un caballón de tierra al labrador y le pidiéramos que se aviniera a conversar olvidándose de su hacienda. Y venga ese apretón de manos y vamos a hablar. Porque eso es lo que nos han impedido, señor Biel, sencillamente hablar entre nosotros, sin intrusismos del gran capital. ¡Qué diferente la situación que se vive en el delta y que a buen seguro Usted envidia!. Yo también la envidio y creo que hay que tomar modelo de ellos. Difícilmente los militantes del Partido Aragonés desean la destrucción de otros aragoneses, el agricultor honesto lo que quiere es regar y tener su cosecha, y el montañés trabajar miran a sus paisajes y viendo en ellos su historia y su mañana. Y todos nos merecemos la fiesta en paz. Bueno, no todos por igual, pero podríamos hacer borrón y cuenta nueva si los planteamientos son verdaderamente novedosos.

Piense de qué parte está Usted, señor Biel. El tiempo corre en contra de Aragón.

M.ª Victoria Trigo Bello
Presidenta de EBRO VIVO (Coagret)

Zaragoza, 3-III-2002

Asociación Río Aragón-COAGRET