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Entrevista publicada en el periódico Navarra Hoy, domingo 6 de noviembre de 1983 |
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René Petit, su constructor, habla en exclusiva para NAVARRA HOY sobre el recrecimiento del pantano "La ampliación de Yesa me daría mucho miedo" René Petit, el ingeniero constructor del pantano de Yesa, manifestó a este periódico que si se llevaba a cabo el recrecimiento del pantano, "a mí me daría mucho miedo. La presa actual tiene sesenta metros de profundidad y en su día ya hubo sus más y sus menos sobre si aguantaría o no. Hay que ser muy cauto en este tipo de obras, mucho". |
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El ingeniero
francés dijo no comprender esta ampliación, y ante la sugerencia de
visitar Yesa de cara a esa posible ampliación contestó: "¿Para
qué? ¿Para llevarme el mayor disgusto de mi vida? No, dejemos las
cosas tal y como están... Hay que
René Petit confirmó que el pantano de Yesa estaba destinado a regar, principalmente, tierras aragonesas, por intereses particulares de la Confederación Hidrográfica del Ebro. "Sí que existía un proyecto de ampliación de este regadío en Navarra, pero no se llegó a hacer por las causas e intereses. Los cambios de ministros, los intereses políticos a los que hacía referencia, influyeron decisivamente en la paralización del proyecto". El diseñador del pantano de Yesa se muestra partidario de llevar a cabo cualquier solución antes que el recrecimiento, por ejemplo, el desarrollo de toda !a red de canales que incluía el proyecto original. "Eso es más lógico. Y se evitaría la posibilidad de una catástrofe. Esa es mi opinión al menos. Porque ya le digo que levantar más la actual presa y triplicar el pantano es sumamente delicado". A René Petit le preocupa el tema de !a seguridad. Declaró que cuando se hunde una presa, a pesar de que se eche la culpa al hormigón, a !a construcción, en la mayoría de los casos es porque falla el terreno. "Antes de emprender una obra de estas características se efectúan gran cantidad de sondeos, pero siempre son insuficientes porque la geología del terreno puede cambiar y ante esta posibilidad no hay previsión alguna que valga. ¿Quién puede asegurar un corrimiento de tierras con cierta dosis científica? ¡Nadie! |
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Luis Cortés Vive en Fuenterrabía, en un chalecito bajo y coqueto de la calle Lapurdi, al abrigo del mundanal ruido, del mar y hasta del horizonte, como queriendo ocultarse de gentes, recuerdos e incluso de su propia e intransferible historia. |
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- René, parece ser que
lo que mejor se le daba al Generalísimo, oséase Don Franco, era hacer
pantanos por el bien del Imperio...
René Petit fue el
artífice, el máximo responsable del pantano de Yesa. A mí siempre me
han causado admiración y respeto esas mentes capaces de crear tan
enormes y perfectas moles. Y se lo digo. Pero no es hombre amante de
adulaciones.
- Pero en su profesión
también vivió momentos de esplendor. Cuando se inauguró el pantano de
Yesa asistió al acto Franco y creo que le felicitó muy efusivamente
por su obra...
Es humilde muy humilde.
Y esta respuesta corrobora mi sensación. No le gusta ensalzarse, ni
hablar de sus momentos dorados. Todo pasó, todo pertenece a un ayer que
no volverá, ¡ay!
- Hacia 1925 termina
sus estudios y es un joven ingeniero sin trabajo y con muchas ilusiones,
¿cómo empezó usted?
- En 1959 se inaugura
el pantano de Yesa. ¿Cuál fue su siguiente destino profesional? No fuma, no bebe, y se mantiene en forma dando pequeños paseítos por la playa. Me dice que se aburre mucho, que esto de la jubilación es una lata porque el cambio de una vida activa a otra sedentaria es sumamente drástico.
- ¿Por qué se hunden las presas de los
pantanos, Sr. Petit?
- Antes me decía usted
que Franco hizo pocos pantanos, ¿cuál fue la causa? Es campechano y "todo un hombre del campo" este hombre mitad francés, mitad español, mitad navarro, mitad guipuzcoano, "quiero mucho a Navarra porque en ella pasé los mejores años de mi vida". Me lo dice como queriendo emular la película de William Wyler.
- La
realización del pantano de Yesa, Sr. Petit, le obligó a enterrar dos
pueblos, Escó y Tiermas, ¿qué. me puede decir al respecto? ¿Piensa
que fue inevitable la desaparición de los dos lugares?
- En realidad, Sr.
Petit, el pantano de Yesa se construyó. en Navarra para beneficio casi
exclusivo de Aragón, ¿por qué?...
- Los más pesimistas
decían que la presa del pantano de Yesa no aguantaría, que se
caería...
- Ahora, Don René, se
quiere construir una nueva presa para aumentar la capacidad del pantano
a 1.500 Hm3. ¿Teniendo en cuenta la discutida poca solidez
del terreno no se trata de un proyecto realmente peligroso?
- Dicen desde Madrid,
Sr. René, que esta ampliación es ineludible...
Y se queda preocupado,
con el semblante sombrío, pensando tal vez en sus viejos miedos, en sus
temores de siempre, en sus noches de preocupación y desvelo ante
posibles desmoronamientos de sus enormes moles.
- ¿Por qué no se da
usted una vuelta por Yesa de cara a esa posible ampliación, Sr. Petit?
- Monsieur René, el
nivel de aterramiento, de depósito de los residuos transportados por
los ríos que alimentan el pantano es muy grande, ¿qué capacidad ha
perdido por esta razón desde aquel lejano 1959, año de su
inauguración?
- Sr. Petit, su
proyecto inicial del pantano de Yesa incluía una serie de canales para
el riego en la Ribera navarra. Pero esos canales nunca se han llegado a
construir en su totalidad, ¿puede explicarme el por qué? Es cauto al hablar, con la serenidad y prudencia propia de sus muchos años y experiencia. Su mujer asiste a la conversación en silencio, asintiendo a una con su marido en los viejos miedos, en las angustias a solas ante un posible derrumbamiento. Tienen tres hijos, dos chicas y un varón. Y a ninguno de ellos, ni a sus nietos, les ha dado por la carrera del abuelo Petit. Habla con dolor de un sifón que estudió para su instalación en Cáseda y así poder llevar el agua de Yesa al oeste de Navarra.
- Por lo que me comenta
con respecto a ese proyecto jamás realizado, ¿no sería más
interesante llevarlo a cabo ahora y olvidarse del peligro de ampliación
del pantano que se está cuestionando en este momento en Madrid?
- ¿Se ha sentido
compensado por su dedicación profesional?
- Monsieur René, ¿le
gustaría seguir trabajando?
- En Navarra se le
quiere mucho, Sr. Petit, ¿le sirve eso? Salimos a la noche estrellada de Fuenterrabía. Al fondo el mar y el horizonte de un cielo infinito que se pierde eterno. En la puerta de su chalecito nos despedimos con un fuerte apretón de manos y una mirada emocionada por parte de René. Tal vez esté viendo en mí por última vez su Yesa del alma, sus campos de Sangüesa, sus atardeceres rojos, preciosos, inmortales, junto a la presa de su pantano de Yesa. - De la inauguración, créame, no sé si estuvo Franco o estuve yo, je, je, je, ¡se lo digo en serio! |