Concierto de Jaca. 8 de enero de 2000

Expropiación forzosa. Qué feas son las dos palabras. Qué feas y qué terribles cuando no hay más respuesta que la impotencia. Hace 22 años que marchamos de Lanuza, fue el día 29 de noviembre de 1977. Nevaba y sentía un frío en el alma que aún me produce escalofríos, al recordar el camión cargado con las vacas, a mis padres ya mayores, a mis hijos de dos y tres años... Sobre mis hombros sentía el peso de todo el agua que desde el 6 de mayo del 76 estaba subiendo. 32 casas, 147 vecinos, y cada uno con su propia historia a cuestas marchamos de Lanuza porque fue expropiación forzosa.

La historia de Marcos y Angelínes, de Casa Tomasé de Lanuza, es sólo una de las heridas abiertas por un pantano en el Alto Aragón.


El día 9 de enero de 2000 se cumplió el primer aniversario de la manifestación "Por la Dignidad de la Montaña", la "manifestación de los paraguas" que convocó en Jaca a más de cinco mil personas bajo un manto de frío y agua, algo impensable hasta entonces en una ciudad como esta. Durante este año, momentos como aquél se han reproducido en Boltaña, Zaragoza, Santaliestra y Huesca, con manifestaciones históricas en las que los montañeses han salido a la calle para reivindicar y gritar en una sola voz su derecho a vivir en el Pirineo.

En este último año han sido miles las personas que desafiaron al frío y la lluvia en Jaca, devolvieron la vida a la comarca del Sobrarbe, la más despoblada y castigada por los pantanos, hicieron oír su voz en Zaragoza frente a las instituciones, acudieron espontáneamente a Santaliestra para solidarizarse con el puñado de vecinos que se enfrentaron a las máquinas y a las fuerzas del orden, y acabaron el año en Huesca reivindicando que es posible vivir con dignidad en estas montañas.

Jánovas, Biscarrués, Santaliestra, Yesa, pero también Matarraña, Caldas del Rey, El Val, Los Fayos, Castrovido o Itoiz en el resto del estado, han logrado que miles de personas hagan oír sus voces contra la sinrazón de unas obras injustificables en pleno siglo XXI.

Y por eso estamos aquí, porque gracias a estas voces comienzan a aparecer fisuras en proyectos que hasta hace sólo unos meses parecían incuestionables. No tenemos ni el poder político, ni el mediático ni, sobre todo, el económico para hacer grandes campañas. Sólo tenemos la razón y la esperanza.

Mañana dirán en Zaragoza que esta noche sólo hemos estado de fiesta, pero nosotros sabemos que hoy estamos viviendo algo más importante, porque en este proyecto, importan las ideas pero, sobre todo, importan las personas, y nunca la montaña había estado tan unida como ahora.

Mientras nosotros estamos aquí, en uno de nuestros picos mas emblemáticos, el ANETO, se encuentra José Antonio Sarasa, alcalde de Ayerbe. Poco después de culminar la ascensión, su forma de protesta por el proyecto de embalse de Biscarrués.

Gracias por estar aquí. Gracias por haber estado siempre aquí, y que disfrutéis de esta noche


Presentación del PALOTIAU DE LANUZA

Lanuza. Enero de 1978. José el cartero con su hija Rosa, y Dominica, y Pedro, de casa Chacán abandonan con gran pesar su pueblo. Un mes antes, en diciembre, Orosia ha seguido los pasos de sus hijos y nietos, Marcos, Angelines, Silvia y Javier. Las suyas, fueron las últimas huellas en la nieve que cubría las calles de Lanuza. El pantano comenzó a llenarse y las 30 casas del lugar vieron marchar a sus 147 moradores. El agua no inundó las calles, pero sí su medio de vida. Años después, desde el dolor de ver las piedras caídas, han conseguido reconstruir con sus propias manos la iglesia, y siguen luchando por mantener vivas sus raíces.

Junto a Jánovas, Lanuza fue el último pueblo del Pirineo abandonado a causa de un pantano. Pero otros muchos les habían precedido, dejando un mapa plagado de espacios vacíos, silencios y dolor. Tiermas, Ruesta, Esco, Búbal, Saqués, Polituara, Mediano, Barasona... Hoy, las heridas siguen sin cicatrizar.

Desde Lanuza están con nosotros Marcos, de casa Tomasé, Emilio, Pascual y Fernando de casa Cayetano; Pepe y Javier de casa Arruebo; Benito, de casa Navarro; Pedro y Ramón de casa Duque; Luis, de casa Pepe, Jesús de casa Tortuga, Sergio, de casa Chacán y David, de casa Anchaín.

También han venido de Sallent, el Pueyo, Jarlata, Castiello, Sabiñánigo y Jaca. Hoy, cuarenta montañeses en homenaje a todos los pueblos perdidos de nuestros valles, bailarán el palotiau de Lanuza. Hoy, cuarenta montañeses, trucarán mas fuerte que nunca, NO MÁS PUEBLOS ABANDONADOS, NO MÁS PUEBLOS INUNDADOS.

 

Asociación Río Aragón