- Recrecer la presa
entre las cotas intermedias 506 y 510 proporcionaría una
capacidad de entre 900 y 1.100 hm3. La diferencia de regulación
anual con la cota máxima de 521 es sólo de 80 hm3.
C. VILLANOVA/ J. J. VERÓN.
Zaragoza | Los usos agropecuarios, urbanos e industriales que
dependerán en las próximas décadas del embalse de Yesa exigirán un
consumo máximo de 830 hectómetros cúbicos, una cifra que se puede
obtener, además de una reserva extra, con el recrecimiento de la
presa en una cota intermedia.
El actual proyecto de
recrecimiento establece elevar Yesa de la cota 489 (metros sobre
el nivel del mar) a la 521. La presa pasaría de 78 metros de
altura a 116 y su capacidad se triplicaría, ya que de 470
hectómetros cúbicos se alcanzarían los 1.525. Para ello, habría
que inundar el municipio de Sigüés (o salvarlo con un sistema de
represas que la misma localidad rechaza por el peligro que
conlleva), anegar 2.100 hectáreas de cultivos y montes, dejar bajo
las aguas parte del Camino de Santiago (itinerario cultural
declarado Patrimonio de la Humanidad), además de algunos edificios
históricos, varias casas de labor e instalaciones diversas.
Las cotas intermedias que se
plantean desde instancias políticas y sociales, como PSOE, IU, o
el sindicato agrario UAGA, oscilan entre la 506 y la 510. En el
primer caso, el muro sobre el río Aragón se elevaría hasta los 95
metros de altura para lograr una capacidad de 900 hm3, mientras
que en el segundo, con cuatro metros más de presa, se llegaría a
los 1.100 hm3. Con ambas opciones, el casco urbano de Sigüés
quedaría intacto, las afecciones al territorio se reducirían
prácticamente a la mitad (en torno a las 1.100 hectáreas) y el
Camino de Santiago no tendría que ser alterado.
La diferencia entre la cota
máxima y las intermedias es mucho menor cuando se compara la
capacidad de regulación; es decir, la cantidad de agua que puede
retener el embalse durante un año.
Con la coronación de la presa en
los 521 metros, esta última magnitud sería como máximo de 1.250
hm3, mientras que con la cota 506 quedaría en 1.170, únicamente 80
hm3 menos. Por lo tanto, la disponibilidad del recurso hídrico a
lo largo de un ejercicio anual sería muy parecida en ambos casos.
El nivel se acerca más todavía si se tiene en cuenta el
funcionamiento de los embalses laterales de Malvecino (7,4 hm3),
inaugurado la pasada semana, y Laverné (37 hm3), que entrará en
funcionamiento el año próximo. Usos agrícolas y urbanos
El gasto de agua fundamental
dependiente de Yesa es el riego en el sistema de Bardenas.
Actualmente, con cifras oficiales de la DGA, hay 60.000 hectáreas
ya transformadas. El Plan Nacional de Regadíos (PNR) aumentará esa
extensión en 6.000 hectáreas más hasta 2008 (pero su puesta en
explotación se adelantará tres o cuatro años). La petición
histórica de la Comunidad es que, hacia el 2020, la superficie
regable sea de 90.000 hectáreas, aunque la transformación de
Bardenas III es un proyecto que casi nadie confía que salga
adelante.
El Plan Hidrológico de la Cuenca
del Ebro cifra el consumo medio del regadío entre 7.759 y 9.129
metros cúbicos por hectárea y año, aunque las mejoras técnicas
tienden a reducirlo. Estableciendo como cifra media 8.000 m3, y de
acuerdo a las extensiones comentadas, Bardenas consume ahora 480
hm3, gasto que subirá a 528 en el año 2008 y que, como máximo, en
2020 sería de 720, aunque todas las fuentes consultadas estiman
que, como mucho, se llegará a 600 hm3.
A los consumos hídricos de la
agricultura, hay que sumar los urbanos e industriales.
Actualmente, Yesa abastece a una treintena de poblaciones con 12
hectómetros cúbicos. Esa cantidad crecerá exponencialmente a
partir de 2005, cuando Zaragoza y su entorno también se abastezcan
del río Aragón. A esa finalidad se destinarán 90 hm3, que tampoco
ocuparán sitio en Yesa, ya que esta previsto almacenarlos en La
Loteta, que ya está en la fase final de su construcción.
De acuerdo a esos cálculos, como
se observa en el gráfico superior, en el supuesto de la máxima
demanda posible, los usos de Yesa en el futuro exigirían alrededor
de 830 hm3. Sin embargo, la cifra realista es inferior, ya que se
puede descontar el caudal reservado en La Loteta y es más que
probable que el regadío no alcance el mayor crecimiento supuesto.
Sobre el suministro a Zaragoza, la tendencia es reducir el gasto
de agua, no aumentarlo.
A partir de los 800 hm3, un
recrecimiento superior de Yesa sólo puede tener dos objetivos:
asegurar caudales para años secos o proporcionar agua suficiente
para realizar el trasvase del Ebro, como hace tiempo reconoció
algún dirigente de los regantes de Bardenas.
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