JOSÉ JUAN VERÓN. Zaragoza | La
ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ordenó ayer al
presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José
Luis Alonso, que paralice los trámites administrativos que atañen
a la segunda fase de expropiación de terrenos en el municipio de
Artieda, actualmente en curso para ejecutar el recrecimiento del
embalse de Yesa, en el río Aragón, a cota máxima. Sin embargo, el
resto de actuaciones que se desarrollan como trabajos previos a la
construcción del cuerpo de presa no se han detenido.
La orden de Narbona, que es la
primera que recibe José Luis Alonso como presidente de la CHE, se
trata una medida previa a la apertura de un debate técnico y
social para intentar superar la conflictividad generada por el
proyecto de recrecimiento máximo (que supondría triplicar la
capacidad del embalse e inundaría el municipio de Sigüés) y que se
retiren los procesos judiciales interpuestos por los afectados
para frenar la construcción de la nueva presa.
Narbona ha asumido una de las
reclamaciones del Ayuntamiento y la mayoría de los afectados en
Artieda, que entienden que la expropiación de terrenos era un
castigo del Gobierno del PP por su postura contraria al
recrecimiento. Desde esa posición se mantiene que se trata de
tierras que no serían inundadas antes de cinco años y que en un
95% no son precisas para construir una carretera de acceso a una
cantera, que es el motivo que adujo la CHE para iniciar las
expropiaciones a principio de este año.
La ministra también se hace eco
de la tesis defendida por Marcelino Iglesias, con el respaldo de
casi todo el PSOE aragonés, que está convencido de que un
recrecimiento a cota intermedia es más que suficiente para
satisfacer las demandas planteadas, pero que debe hacerse sin
detener las obras, con un modificado del proyecto. Izquierda Unida
también propugna la cota intermedia, mientras que PAR y CHA, sin
hablar de cotas, han mostrado su disposición a analizar y debatir
sobre el asunto sin condicionamientos previos. El PP insiste en
que sólo cabe ejecutar la obra como está concebida en el Pacto del
Agua, rubricado en 1992.
Para Cristina Narbona, Yesa es la
cuestión prioritaria en la cuenca del Ebro. La ministra cree que
es preciso replantearse el proyecto por los grandes impactos
ambientales que supone y la grave conflictividad social que ha
originado. En su opinión, la paralización de las expropiaciones y
la revisión del recrecimiento no tiene por qué retardar en exceso
la ejecución de la obra ni quiere decir que no se vaya a hacer.
Pero lo que sí tiene
absolutamente claro Cristina Narbona son una serie de premisas que
considera irrenunciables para aumentar la capacidad del embalse
sobre el río Aragón. La primera es renunciar a la cota máxima, que
considera desproporcionada para los fines que se reclaman. La
segunda, que va indefectiblemente unida a la primera, es evitar
que se inunde Sigüés y minimizar los impactos en el resto de
municipios afectados.
Sobre el debate que se quiere
abrir para replantear Yesa, la ministra, que hoy se reúne con el
presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Pedro Arrojo,
contempla con satisfacción el modelo de la Iniciativa Social de
Mediación sobre los embalses impulsado por la Fundación Ecología y
Desarrollo para intentar hallar puntos de consenso entre todos los
implicados.
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