Miles de personas marchan en
Pamplona contra el llenado de la presa Grupos de Huesca, Zaragoza,
Burgos y el Delta del Ebro se sumaron a la convocatoria
Ana Úrsula Soto
- Los miembros de la Plataforma
en Defensa del Ebro se unieron a la convocatoria de Itoiz
Pamplona. Miles de personas,
8.000 según los convocantes y 3.000 según la Delegación del
Gobierno de Navarra, secundaron ayer el emplazamiento de la
Coordinadora de Itoiz en contra del llenado del pantano, bajo el
lema Itoiz Stop, por seguridad, en una manifestación silenciosa
que recorrió varias calles de la capital navarra.
Sólo el sonido de los
zampantzar que abrían la marcha y el repique de campanas o los
fragmentos del Réquiem de Mozart que sonó a través de la megafonía
rompieron el silencio de los manifestantes que, a petición de la
coordinadora, no corearon ninguna consigna.
Tras los zampantzar,
varios voluntarios sujetaban unas cruces con los nombres de los
pueblos afectados por el pantano de Itoiz. Estos son Artozqui,
Sangüesa, Lumbier, Aos, Artajo, Liédena, Oroz-Betelu, Rípodas,
Murillo, Aoiz, Nagore, Ecay, Artieda, Itoiz y Villaveta.
Tras ellos, varios alcaldes del
valle de Irati y de poblaciones afectadas por la construcción de
embalses en el Ebro, como Biscarrués (Huesca), Santaliestra
(Huesca), Jánovas (Huesca) y Castrovido (Burgos); así como el
responsable de la campaña de aguas de Greenpeace, Julio Barea, y
varios miembros de la Coordinadora de Itoiz sujetaban la pancarta
con el lema que presidía la manifestación. Le seguían otros
carteles de Greenpeace, Ecologistas en Acción, y Plataforma en
Defensa del Ebro.
Mientras, entre los miles de
manifestantes destacaban las cerca de 300 cruces negras repartidas
por los responsables que recordaban los sucesos del valle de
Vajont (Italia), donde un deslizamiento de ladera se precipitó
sobre el embalse provocando gigantescas olas que arrasaron varias
poblaciones y causaron la muerte de 2.600 personas. "Estas cruces
denuncian aquellos sucesos, recuerdan a sus víctimas y reivindican
que nadie tiene derecho a provocar en Itoiz nada que se le
parezca, ni de lejos", señaló Patxi Gorraiz, miembro de la
Coordinadora, al término de la marcha.
La manifestación partió de la
Estación de Autobuses a las 18.15 horas y recorrió la avenida Baja
Navarra, Plaza de Merindades, y las calles Carlos III, Cortes de
Navarra y avenida San Ignacio, para concluir en la plaza del
Castillo, donde fue recibida por la música del grupo de
txalaparta Txalakun, de Ansoáin.
Una vez allí, dos miembros de la
Coordinadora, Begoña Okiñena, en euskera, y Patxi Gorraiz, en
castellano, leyeron un comunicado en el que denunciaron "las
fallas en el subsuelo del embalse proyectado, los altos índices de
permeabilidad de los terrenos y los graves problemas de diseño y
estructurales" del pantano de Itoiz. Asimismo, instaron al poder
político a tomar parte en la situación, ya que no hacerlo "es
jugar, con inaceptable frivolidad y frialdad, con la vida, con la
seguridad y el bienestar de la ciudadanía". También exhortaron a
los dirigentes navarros ha "romper el silencio sepulcral" que
mantienen y a pronunciarse sobre si "siguen demandando el llenado
de Itoiz en estas condiciones".
Por último, manifestaron que "la
naturaleza está avisando", en relación a los más de 200 seísmos
que han afectado al Valle de Irati en los últimos meses, y que la
Coordinadora va a seguir trabajando para que "no sea necesario que
algún día estas cruces deban salir a la calle como homenaje a los
vecinos del valle de Irati".
Por su parte, el portavoz de la
Coordinadora, José Luis Beaumont, trasladó el llamamiento a la
ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, "responsable primera
y última de lo que está pasando y de lo que puede pasar mañana".
Beaumont pidió "sentido común, prudencia y responsabilidad" a la
titular de Medio Ambiente, "para que ordene el inicio del
desembalse, si es que se puede".
Valle del Ebro
La manifestación en contra del
llenado del embalse de Itoiz contó con el apoyo de formaciones
políticas como ANV, Aralar, Batasuna, Batzarre y Partido Carlista;
de sindicatos como CGT, EHNE Nafarroa, ELA, ELB, ESK, LAB, STEE,
EILAS; y de grupos de defensa del medio ambiente como Ecologistas
en Acción, Ecovoz, Greenpeace y Lurra. Del mismo modo,
participaron en la marcha representantes contrarios a los
proyectos de pantanos en el Ebro, procedentes de Burgos, Huesca,
Zaragoza y Tarragona, entre otras comunidades. Entre ellos
destacaba la presencia de 60 personas de la Plataforma del Ebro
que acudieron a la manifestación de Pamplona desde el sur de
Tarragona. De uniforme azul, portaban un pancarta en catalán con
el lema Embalses igual a trasvases.
"Los pantanos no dejan bajar los
sedimentos y el Delta, cada año, se está hundiendo medio
centímetro, por lo que dentro de un tiempo desaparecerá", señaló
Paco Curdo, miembro de la plataforma, quien añadió que la rotura
del pantano "repercutiría río abajo, ya que nuestra zona es la más
baja y, por tanto, inundable", manifestó. Su opinión era
compartida por Marisa Iguácel, vecina de Artieda (Zaragoza).
"Estoy totalmente en contra de los embalses. Si la Administración
aplicara la nueva cultura del agua, ya no habría nada más que
hablar", comentó Iguácel.
La convocatoria también suscitó
el apoyo de varias asociaciones a través de comunicados. EA, por
ejemplo, reiteró a través de una nota su exigencia de que se
paralice "de forma inmediata" el proceso de llenado del embalse. A
su juicio, "la persistencia de los movimientos sísmicos en la zona
y la falta de aclaración del encausamiento judicial en el Caso
Yesa de dos ex dirigentes de la CHE" justifican la conveniencia de
paralizarlo.
En cambio, para el responsable de
la campaña de aguas de Greenpeace, Julio Barea, "los embalses y
trasvases responden a un modelo caduco de gestión que reduce la
disponibilidad de agua". La asociación ecologista aboga por que
"el principio de precaución debería prevalecer a intereses
económicos y especulativos". Por tanto, se suma a la manifestación
para denunciar el peligro al que se está exponiendo a miles de
personas.
Por su parte, Ekologistak Martxan
añade que el Canal de Navarra "va a suponer el paradigma del
desarrollo insostenible, por lo que el binomio Itoiz-Canal de
Navarra debe ser paralizado cuanto antes".
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- Se basa en la coincidencia
temporal y la situación de los hipocentros y epicentros
- Considera "inadmisible" el
riesgo a que se está sometiendo a los habitantes de las
poblaciones situadas aguas abajo
M. BIDEGAIN
PAMPLONA. El geólogo Antonio
Casas, autor de varios informes sobre Itoiz, considera que la
concentración de los epicentros de los terremotos que vienen
registrándose desde septiembre en una zona concreta y próxima al
embalse, con los hipocentros situados en el mismo plano horizontal
y a una profundidad igual a la de la falla situada bajo el
pantano, así como el hecho de que comenzarán a producirse tras el
inicio del llenado le llevan a la conclusión de que nos
encontramos ante un fenómeno de sismicidad inducida.
Antonio Casas, doctor en Ciencias
Geológicas y profesor de la Universidad de Zaragoza, ofreció la
semana pasada una charla en Pamplona, invitado por la
Coordinadora, en la que reiteró la peligrosidad que, a su juicio,
conllevaría la puesta en funcionamiento del embalse de Itoiz.
Casas dio a conocer las conclusiones preliminares de los estudios
que realiza sobre los terremotos que se suceden en la zona y
adelantó que están relacionados con el llenado de Itoiz.
El geólogo explicó que los datos
que se tienen permiten comprobar que en la zona Surpirenaica y en
Navarra "hay cierta sismicidad de fondo", y la prueba es que en
1982 se registraron más de cuarenta terremotos de baja intensidad,
"pero desde septiembre hasta ahora, en algo más de dos meses, se
han producido más de 200". Añadió que todos se encuentran
localizados en una zona "muy concreta", como lo demuestra que sus
epicentros se sitúan, casi en su totalidad, en torno a Lizoain y
Nagore. Si se tiene en cuenta que el llenado del embalse de Itoiz
se inició la pasada primavera y que con anterioridad la zona no
destacaba por tener una actividad sísmica mayor que la de su
entorno, la deducción evidente es, según Casas que "hay una
coincidencia temporal entre el llenado del embalse y la generación
de sismos".
El conferenciante apuntó las
razones que han podido provocar el inicio de lo que denominó
"crisis sísmica" a partir de que la presa de Itoiz comenzara a
retener el agua de los ríos Urrobi e Irati. Por una parte están
las condiciones geológicas del terreno, donde se ha observado que
a unos 5 kilómetros de profundidad se encuentra la falla o
cabalgamiento de Oroz Betelu con algunas fallas asociadas. Por
otra, el embalsamiento habría provocado más que filtraciones -que
en cualquier caso no podrían llegar hasta 5 km de profundidad- un
aumento de la presión sobre el agua del subsuelo, que como
cualquier fluido no puede comprimirse y, por tanto, tenderá a
desplazarse hasta encontrar una cavidad o empujará hasta disponer
del espacio que necesita, siguiendo los principios de la dinámica
de fluidos. Además, la presencia de agua entre los bloques
facilitaría su desplazamiento al reducir notablemente la
resistencia al rozamiento.
El conferenciante apoyó sus
argumentaciones en el hecho de que la mayoría de los seísmos
registrados desde septiembre de 2004 tienen su hipocentro (el
punto subterráneo donde tiene lugar el movimiento que produce el
terremoto, su proyección vertical en la superficie es el
epicentro) a una profundidad estimada de 5 kilómetros, y coinciden
en un plano horizontal, lo que demostraría que se generan por
movimientos geológicos en el cabalgamiento de Oroz Betelu
inducidos por un aumento de presión debido al llenado del embalse.
"En Navarra, históricamente ha habido una sismicidad difusa, pero
a partir de septiembre se produce una concentración brutal, es una
tormenta sísmica en la zona del pantano y a unos 5 kilómetros de
profundidad, es decir, bastante superficiales. ¿Qué significa
esto? A mi juicio, que la sismicidad se concentra en torno al
cabalgamiento de Oroz Betelu y a sus fallas asociadas; hay una
concentración importante en la zona por debajo del embalse y
también algo más al norte de donde llegaba el agua".
SISMICIDAD INDUCIDA Antonio Casas
dijo que existen casos comprobados de sismicidad inducida por el
llenado de un pantano, y citó un experimento realizado en Estados
Unidos en los años 60 del siglo pasado. Era necesario deshacerse
de una gran cantidad de agua contaminada y decidieron inyectarla
en el subsuelo, en una zona en la que no se había producido ningún
terremoto. Poco después de comenzar la operación empezaron a
registrarse seísmos, registrándose entre 30 y 42 al mes. "Dejaron
de inyectar el fluido y la sismicidad no volvió a ser cero, pero
pasó a ser mucho menor que antes de que empezara la crisis. Luego
volvieron a inyectar entre septiembre de 1964 y septiembre de
1965, y volvieron a producirse terremotos, hasta casi 90 al mes".
Este experimento demuestra "inequívocamente", a juicio de Antonio
Casas, "el principio físico que explica que las fallas se
desplazan cuando existen fluidos que reduzcan la presión normal
sobre el plano de falla y, por tanto, el rozamiento, lo que
favorece el movimiento de un plano sobre otro y da lugar al
terremoto.
Pero el riesgo "real" es que
estos movimientos pueden desestabilizar el deslizamiento de una
masa de 20 hectómetros cúbicos (50 millones de toneladas de
piedras y tierra) situado en la ladera izquierda sobre la que se
apoya la presa de Itoiz. "Es la situación más desfavorable para
una falla geotécnica, porque al meterle presión del agua se
produce una aceleración sísmica que disminuye la fuerza con la que
el bloque se pega al que tiene debajo, a su suelo, y lo empuja,
por lo que es más fácil que caiga", manifestó Casas, quien dijo
que el derrumbamiento de esa masa sobre un pantano de Itoiz lleno
generaría una ola que superaría la presa, produciendo una riada de
consecuencias catastróficas para los habitantes de las localidades
situadas aguas abajo.
"Dada la conjunción de estos
factores y ahora mismo, pudiendo evaluar los riesgos a los que se
somete la población, es inadmisible, fuera ya de cualquier otra
consideración, el riesgo a que se está sometiendo a todas las
poblaciones situadas aguas abajo del embalse mediante su puesta en
carga y el llenado", concluyó el profesor de la Universidad de
Zaragoza.
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