MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Dos estudios elaborados por las
universidades de Zaragoza y Oviedo coinciden en señalar la
relación entre el aumento de la actividad sísmica en torno a la
presa de Itoiz en Navarra y el llenado del pantano, y alertan de
que si siguen produciéndose "es muy probable que la presa se
rompa". Los expertos explican así el terremoto registrado en
septiembre de 2004, que superó los 4 grados en la escala de
Richter, y denuncian el "equilibrio inestable" del embalse. Estas
conclusiones fueron expuestas por Joaquín García Sansegundo,
profesor de Geología de la Universidad de Oviedo, y Antonio Casas,
experto del departamento de Ciencias de la Tierra de la
Universidad de Zaragoza, en un acto convocado por la organización
ecologista Greenpeace en su sede madrileña y al que asistió María
José Beaumont, portavoz de la organización social 'Coordinadora de
Itoiz'.
Según Joaquín García Sansegundo,
profesor de Geología de la Universidad de Oviedo, de acuerdo con
un corte geológico realizado en la zona, "está probado" que hay un
encabalgamiento de placas a unos dos kilómetros de la presa, lo
que provoca la inestabilidad del terreno. Además, García
Sansegundo dijo que la composición del suelo bajo las aguas de la
presa está formada por un terreno impermeable, de arcillas y
areniscas, pero también por calizas porosas, que permiten la
filtración del agua hacia la zona de la falla.
Estas filtraciones, añadió, dan
lugar a una variación en la presión de las placas en profundidad,
"lo que desencadena movimientos sísmicos, como los ocurridos en
septiembre de 2004, cuando superaron los cuatro grados en la
escala de Richter y se llegó a los seis o siete en la escala
europea". Explicó que la presa se encuentra en la llamada zona
geográfica surpirenaica, "donde la sismicidad está relacionada con
grandes cabalgamientos que formaron la cordillera y que todavía se
está moviendo".
Por su parte, Antonio Casas,
afirmó que los fenómenos sísmicos que se están produciendo se
deben a "la presión de la propia carga de agua en superficie, y no
tanto porque ésta se filtre", lo que recibe el nombre de
sismicidad inducida, algo que, señaló, "ha ocurrido en más de 100
presas en todo el mundo".
"Coincidiendo con el llenado del
embalse, en abril de 2004, se produce el primer seísmo, en julio,
aunque no es hasta septiembre cuando se produce la gran crisis",
relató. "Este fenómeno afecta tanto a presas de menos de 15 metros
como a las más grandes, y puede tardar en manifestarse hasta 20
años, por lo que el caso de Itoiz puede llamarse de respuesta
rápida".
Para Casas, "se puede establecer
sin ninguna duda que existe una relación clara entre el llenado
del embalse y la sismicidad, pero el problema grave es que el
embalse no está localizado en una zona con laderas estables, sino
que el extremo izquierdo está apoyado sobre un deslizamiento de 20
hectómetros cúbicos, en torno a 40 millones de toneladas", algo
que "ya se detectó incluso cuando se hizo el proyecto de la presa
en el año 75".
80.000 METROS CÚBICOS DE AGUA
POR SEGUNDO
"La presa está apoyada sobre ese
deslizamiento y muy probablemente se está moviendo ya, de hecho
hay algunos indicios en el entorno de la presa, y como la
probabilidad de que se produzcan más terremotos y más cerca de la
propia presa, va siendo mayor, ese deslizamiento se va a ver
fuertemente castigado", explicó. Sin embargo, para Casas, "el
deslizamiento ya es peligroso en sí mismo, incluso en ausencia de
seísmos, pues se está manteniendo en un equilibrio inestable".
En caso de producirse nuevos
terremotos, "es muy probable que el deslizamiento se venga abajo y
con el embalse lleno habrá una catástrofe de gran magnitud, porque
los caudales de salida para un embalse de cien metros de altura y
con 218 hectómetros cúbicos, sería de 80.000 metros cúbicos por
segundo, y las poblaciones situadas más abajo serían barridas del
mapa literalmente", advirtió.
La relación entre el llenado de
la presa y el aumento de la actividad sísmica, afirmaron los
expertos, está probada porque hasta abril de 2004, fecha del
llenado del embalse, se habían registrado 100 movimientos sísmicos
en un año y medio, y desde entonces se han superado los 200.
Asimismo, incidieron en que en las localidades vecinas de Urroz y
Lizoain han surgido grietas en las casas que afectan a la
estructura, con el agravante de que son construcciones con muros
de sillería, más resistentes que la mampostería más moderna.
María José Beaumont denunció ante
estos hechos que "la naturaleza está avisando" y que el proyecto
de la presa sigue siendo "hoy más que nunca una patata caliente".
Por otro lado, criticó al actuación del Ejecutivo, porque "en
lugar de actuar con cautela, la Administración ha seguido llenando
la presa", una situación en la que "se está al límite de la
catástrofe". Asimismo, criticó que el Gobierno socialista les ha
negado "por sistema" toda información al respecto del llenado de
la presa y del estado de la ladera más inestable. Así, pese a que
un fallo judicial "ha ordenado a la Administración que complete el
expediente informativo" con los datos reclamados, "lo único que
hace el Gobierno es incumplir el fallo".
Por su parte, Juan López de
Uralde, director de Greenpeace, pidió al Ministerio de Medio
Ambiente que adopte una política preventiva que se concrete en el
"vaciado inmediato del embalse" hasta que se pueda garantizar la
seguridad del mismo, algo que "todavía no se puede afirmar".

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