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Inter Press Service News Agency, diciembre de 2005 |
Japón: Aldeanos
contra nueva represa
Por Suvendrini Kakuchi
EIGENJI, Japón, dic (IPS) - Ganaron un fallo judicial histórico,
pero no bajan la guardia. Los habitantes de Higashi-Omi, 500
kilómetros al occidente de Tokio, desafían las nevadas y los
vientos helados en sus reuniones para impedir la construcción de
una nueva represa en el río Echigawa.
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"No hay tiempo para descansar.
Estamos determinados a tener éxito", dijo Kiyoshi Noda, miembro
del concejo local de la aldea de Ichihara, en Higashi-Omi, y líder
de un movimiento contra los planes de construir una represa. El 8
de diciembre el alto tribunal de la occidental ciudad de Osaka
ordenó archivar dicho proyecto ante sus potenciales peligros
ambientales.
En su dictamen, el tribunal concluyó que el Ministerio de
Agricultura había elaborado el proyecto de la represa sin los
estudios geológicos apropiados, tal como requiere la ley. Pero la
vigilancia continua de la sociedad civil es considerada necesaria
porque el 20 de este mes el gobierno apeló el fallo ante la
Suprema Corte de Justicia. Según el gobierno, la decisión de
construir una nueva represa, adoptada en 1994, no puede ser
modificada porque la presa existente, en uso desde 1973, no puede
satisfacer las demandas de los productores agrícolas en Higashi
Omi y de otras cuatro localidades.
En Japón es inusual que los tribunales intervengan para detener
proyectos del gobierno.
La represa planeada, de 90 metros de altura en un tramo corriente
arriba del río Echigawa crearía un embalse con capacidad para
almacenar 25,7 millones de metros cúbicos de agua destinados a
paliar la escasez de riego. Noda y otros residentes de la zona,
como pescadores y operadores turísticos, llevan 11 años luchando
contra la obra y están determinados a lograr su objetivo. "Nuestro
compromiso nunca flaquea", dijo Noda, quien pasó toda su vida
junto al río. A él se unen otros cientos en busca de clarificar
varios aspectos del proyecto, como la presunta falta de
consideración sobre los costos financieros --estimados en 400
millones de dólares-- que recaerían sobre los habitantes de la
zona luego de que la represa sea construida. "Funcionarios del
Ministerio vinieron a casa y explicaron que la represa
beneficiaría nuestras tierras agrícolas", dijo Shigeichi Fukao, de
65 años, un cultivador de arroz y vegetales que vive en la aldea
de Mitsuya.
Pero Fukao está en desacuerdo. "Ellos me dijeron que la represa
nos proveería de una cantidad de agua para la agricultura, y que
los costos serían menores que los beneficios. Pero yo pienso que
no necesito tanta agua. Las bombas instaladas en el área, que
transportan agua de la represa existente, son suficientes", dijo.
Fukao y su esposa Kazuko son agricultores en Mitsuya siguiendo una
tradición de muchas generaciones. En la aldea hay cinco bombas
compartidas por los 55 hogares de productores agrícolas. Sus
facturas rondan los 200 dólares mensuales, cobrados por el concejo
local que administra la represa existente.
Fukao está preocupado por el futuro, dado que él y su esposa están
envejeciendo, y el gobierno comenzó a reducir los subsidios al
arroz a medida que aumenta la presión internacional para
liberalizar los protegidos mercados arroceros de Japón. "Con el
futuro tan incierto, ¿por qué deberíamos ser forzados a pagar más
por una represa que no cumplirá un propósito real? Por primera vez
nos unimos a Noda y a otros activistas para detener la represa",
explicó.
Takeji Fujiwara, uno de los cinco abogados que representan a los
40 residentes que presentaron la demanda, dijo que la inesperada
victoria en el tribunal de Osaka representa un aumento de la
fuerza de la comunidad en una sociedad dominada por la burocracia.
"Desafiando y venciendo la posición del gobierno sobre la represa
y probando que la burocracia estaba equivocada, la comunidad de
Higashi-Omi ha mostrado el poder del pueblo", dijo.
El fallo del tribunal Osaka sostuvo que algunos de los estudios
topográficos y de perforación compilados por los funcionarios para
la construcción de la represa tenían graves errores, y desestimó
un dictamen anterior de un tribunal de menor rango, según el cual
no era legalmente posible detener un proyecto ya aprobado por el
gobierno.
Noda recordó que se desempeñaba como obrero cuando se construyó la
primera represa, en 1934, y que entonces creyó en la explicación
de las autoridades acerca de la necesidad del embalse para irrigar
las tierras de labranza. "Casi 30 años después, cuando el segundo
proyecto fue anunciado, dije no. Me había dado cuenta del lado
negativo de esas costosas represas", dijo.
El caso contra la represa, según Fujiwara, simboliza el creciente
descontento público con el énfasis japonés de la posguerra en
costosos planes de obras públicas en áreas rurales para ganar
votos y beneficiar a las corporaciones. "El desarrollo económico
japonés debe respetar los deseos de la población, y ganar la
demanda contra el gobierno ha impulsado nuestra lucha para
proteger nuestras vidas de dañinos proyectos", dijo Fujiwara.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36192 |
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