27/02/2007 | E. BAYONA
El Gobierno central constató el aumento del riesgo sísmico en el
entorno del embalse de Yesa dos años después de aprobar el
proyecto inicial para recrecerlo. Lo hizo al promulgar la última
Norma de Construcción Sismorresistente, con la que, en octubre del
2002, adecuaba la normativa sobre edificaciones y obras "al estado
actual del conocimiento sobre sismología e ingeniería sísmica". La
difusión del deslizamiento de una ladera de tres millones de
metros cúbicos de tierra a kilómetro y medio de donde debe
apoyarse la presa ha reabierto el debate sobre la seguridad del
proyecto. |
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El documento del 2002 aportó novedades frente al anterior, de
febrero del 95. Catalogaba como zonas con riesgo sísmico a cinco
de los seis municipios aragoneses ribereños del embalse, que no
aparecían en el anterior listado --Artieda, Mianos, Los Pintanos,
Undués de Lerda y Urriés--, y mantenía al único que ya figuraba,
Sigüés. Ocurría algo similar con el segundo anillo: entraban en la
lista Puente La Reina de Jaca y Navardún, se mantenían Bagüés y
Canal de Berdún y aumentaba un grado la catalogación de
Salvatierra de Esca. En Navarra, aparecían por primera vez Javier,
Yesa y Sangüesa.
Dos años después, al actualizar la
Directriz Básica de
Planificación de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en
septiembre del 2004, el Gobierno amplió hacia el sur la franja de
las provincias de Huesca, Zaragoza y Navarra susceptible de sufrir
terremotos de intensidad igual o superior a seis --el máximo es
ocho-- en periodos máximos de 500 años.
Proposición de CHA
Por su parte, CHA ha presentado una proposición no de ley que las
Cortes de Aragón debatirán la semana que viene en la que reclaman
la "paralización inmediata" de las obras de recrecimiento de Yesa,
la realización de estudios geológicos y sísmicos para "corregir,
en la medida de lo posible, el mal causado en las laderas
afectadas y minimizar cualquier riesgo" y, por último, la
sustitución del aumento de la presa por la construcción de un
sistema de balsas para almacenar agua en el Canal de Bardenas.
Para el presidente de CHA, Bizén Fuster, el apoyo al recrecimiento
"raya lo delictivo" ante los riesgos que, según indicó, entraña la
obra, por la inestabilidad de las laderas, para las poblaciones
situadas aguas abajo del embalse. Calificó de "grave accidente" el
deslizamiento de una mole de tres hectómetros cúbicos de tierra en
la ladera izquierda del embalse, a kilómetro y medio de la presa.
El alcalde de Artieda, Luis Solana, criticó que "lo que parecía un
medio, hacer un pantano para cubrir unas demandas, se ha
convertido en un fin en sí mismo".
Por su parte, IU reclamó ayer al Ministerio de Medio Ambiente que
adopte de forma "inmediata una solución técnica" para evitar
nuevos deslizamientos en el embalse.
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