La conferencia que pronunció la
tarde del lunes originó tal revuelo que se ha convertido en uno de
los protagonistas indiscutibles de las jornadas técnicas
celebradas en Zaragoza sobre estabilidad de laderas en embalses.
Unos le tachan de catastrofista y de falta de rigor científico.
Pero otros, como la Asociación Río Aragón o la Coordinadora de
Itoiz, recuerdan que sus teorías van siendo admitidas, poco a
poco, por la propia Confederación Hidrográfica del Ebro.
-- Menuda la que montó el otro día. Parece que está solo frente
a todos los demás expertos, técnicos e ingenieros nacionales.
¿Cómo lo explica?
--Hay mucha más gente crítica con las obras de Yesa e Itoiz, pero
simplemente no se atreven a decirlo. Yo lo único que afirmo es que
existen razones para inquietarse porque ambos embalses son
peligrosos para la población. Y hay que estar preparados, porque
los riesgos existen, y contar, por ejemplo, con planes de
emergencia para llegado el momento evacuar a los municipios.
--¿Cómo llega a esa conclusión?
--Para empezar, hay que decir que la decisión sobre dónde tienen
que situarse los embalses se toma en función de parámetros no
geológicos, sino económicos, sociales o de otra índole. Así que el
informe geológico es un simple adorno que tiene que acompañar al
proyecto. Y ahí empiezan los problemas. Se puede decir que existen
dos factores que afectan a la estabilidad de las laderas de los
pantanos y que pueden reactivar antiguos deslizamientos. Uno es el
hecho de que modifican las condiciones hídricas de las laderas al
empaparse de agua la parte cubierta del vaso y el resto. Y otro es
que a veces hay sismicidad inducida.
--Imagino que esas hipótesis las controla también la CHE.
--Se me ha criticado porque utilizo los datos que obtiene en sus
estudios e informes el organismo de cuenca. Es verdad. Pero yo no
tengo medios suficientes para eso. El problema es que a ellos les
falta madurez geológica para interpretarlos. Solo un ejemplo: en
la década de los 20 se produjo una tormenta sísmica en la zona con
intensidad 8. Pero este dato no está incluido en sus cálculos. Yo
siempre he defendido que el recrecimiento de Yesa provocará
sismicidad inducida y una posible inestabilidad de la ladera. Su
primera reacción fue negarlo. Pero ahora me alegro que por fin
admitan la existencia de este fenómeno y se coloquen sismógrafos
en el entorno.
--La Asociación Río Aragón, con el alcalde de Artieda a la
cabeza, critican que el presidente de la CHE, José Luis Alonso,
admita ahora que un deslizamiento podría generar una ola muy
pequeña.
--Pero, ¡si no sabe siquiera la velocidad a la que puede caer el
deslizamiento! Y según este valor, los márgenes son muy amplios.
El problema es que no se conocen ni las propiedades de los
materiales.
--Le tachan de catastrofista.
--Cualquier voz crítica ya se tacha en este país de catastrofista.
Ocurrió lo mismo cuando se avisó de la avenida en Biescas. En
España hay poco debate técnico. Desde el punto de vista geológico,
resulta inadmisible por ejemplo que las laderas se desplomen y
corten durante días las carreteras. Es como si todo el aparato
ligado a la construcción fuera independiente.
--En el debate-coloquio del lunes, le dieron un buen rapapolvo.
--Para mí, lo que ocurre en Yesa e Itoiz es un tema de
investigación que nada tiene que ver con asuntos económicos. Y en
la mesa, además de los técnicos de la CHE, el resto eran
representantes de las empresas que están trabajando en los
embalses. Lo que sí quiero es agradecer a la confederación que me
haya permitido expresarme y dar mi opinión en un foro de estas
características y ante tantos expertos.
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