El 4 de
enero se publicaba en el BOE la adjudicación por 24,2
millones de euros las “Obras complementarias nº1” del
recrecimiento de Yesa. Obras no previstas que se han
convertido en necesarias a raíz de los trabajos negligentes
realizados hasta ahora en el entorno de la presa actual. Se
vienen a sumar a otras (tampoco previstas) y que se tuvieron
que acometer con urgencia por el deslizamiento producido en
la ladera izquierda en 2006, también consecuencia de las
obras para el recrecimiento.
El
desprecio por parte de los técnicos de la CHE y el
Ministerio a las advertencias sobre los problemas de
seguridad de este proyecto, ha sido siempre su respuesta.
Los hechos no dejan de ponerlos en evidencia, pero a pesar
de ello, continúan con su soberbia, como si no pasara nada.
El
presupuesto de esta obra a cota media, ya va por 250
millones de euros, más del doble de los 113 por los que se
adjudicó en el 2000 el recrecimiento de 1500 hm3. A fecha de
hoy, no creo que nadie pueda asegurar dónde va a para esto.
El
recrecimiento de Yesa es un despropósito absolutamente
innecesario. La noticia de ayer no es sino una prueba más
del disparate en que se está convirtiendo este proyecto. Con
esos 24 millones adicionales se podrían construir 16
escuelas de educación infantil en vez de dilapidarse en la
destrucción de nuestro territorio, nuestro patrimonio
natural y del Camino de Santiago.
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