
El geólogo Antonio Casas. (Diario de
Noticias)
Pamplona. ¿Cómo situamos en el
problema que existe hoy en día en la ladera derecha de Yesa?
No es un problema nuevo. Cuando se proyecta el embalse se detectan
dos zonas de inestabilidad, la margen izquierda y la margen
derecha. La izquierda es la zona más importante en términos
volumétricos, tiene el deslizamiento de la Refaya y toda la ladera
desde el deslizamiento de 2006 en Monte Mélida, que es una zona
muy extensa (abarcando en conjunto unos 60 millones de metros
cúbicos) en la que se ha reconocido un riesgo importante. La
derecha dio problemas desde el inicio de las obras, pero era menor
en términos volumétricos y un tanto menospreciada dentro de los
informes geotécnicos. Se consideraba que eran deslizamientos de
tierra muy superficiales y cercanos a la cota actual del embalse,
de modo que prácticamente todo el movimiento se produciría en el
material sumergido. Sin embargo los hechos en este caso han
llevado la contraria. Lo que se ha puesto de manifiesto estos días
es que hay un gran deslizamiento de tierras que abarca 200 metros
de altura y 40 hectómetros cuadrados, con un volumen probable de
más de 4 millones de metros cúbicos. Y a ello hay que añadir el
problema de la permeabilidad de la ladera, donde hay un flujo
subterráneo muy importante y eso contribuye a la inestabilidad
general de la zona.
En el informe sobre riesgos de 2007 se habla de que en los años
60 ya se detectaban filtraciones de agua, que según los autores es
posible evitar mediante impermeabilización, proponiendo un sistema
de inyecciones y pantallas de hormigón.
El problema es que el funcionamiento hídrico del agua dentro de la
ladera es muy complicado. Hay un flujo de agua por dentro del
macizo rocoso de aguas arriba de la presa a aguas abajo. Y hay
otra dirección de aportes, provienen de los materiales de la
Sierra de Leire, que queda al norte y me da la impresión de que es
un problema con el que no habían contado. La saturación en agua
probablemente haya contribuido a aumentar la inestabilidad de la
ladera en el estribo derecho de la presa, y ahora se demuestra que
no son movimientos separados ni pequeños, sino que toda la ladera
se está moviendo como un conjunto, y que además no se está
moviendo milímetros al año sino centímetros a la semana.
La cuestión es si afrontar esto con recrecimiento o sin él. El
presidente de la CHE cree que es la solución, ya que la presa
actuaría como un contrafuerte sobre esa ladera, apoyándose en el
otro estribo, que por cierto también es inestable.
La fuente de todos los problemas es, evidentemente el tipo de
material sobre el que se asienta la propia presa. En este sentido,
creo que de todos los ingenieros a sueldo de la Administración, el
más sensato fue el ingeniero que diseñó la obra, René Petit. A él
le encomendaron hacer una presa en el río Aragón, pero lo cierto
es que el único sitio donde se estrecha el cauce es la zona de
Yesa. Él era consciente de que Yesa era inestable pero lo vio como
la única solución posible para hacer un gran embalse. Ahora mismo
la CHE achaca la inestabilidad a las lluvias, pero la ladera es
inestable de por sí, y la saturación en agua ha producido un
aumento de esa inestabilidad. Hay que tener en cuenta que una
subida del nivel del embalse (por el recrecimiento) tendrá como
consecuencia una saturación en agua de la ladera mayor aún que la
producida a causa de las lluvias, lo cual tendrá como consecuencia
clara que empeorará la estabilidad de la ladera. La situación
actual es alarmante porque la ladera se está cayendo hacia la
presa, con lo que está comprometiendo su estabilidad. Las causas
de este gran deslizamiento no son solo las lluvias sino todas las
actuaciones y movimientos que se están llevando a cabo en esa
ladera desde hace una década con el objetivo último de recrecer el
embalse. Y buscan atajar esa inestabilidad haciendo una especie de
contrafuerte de lado a lado, sujetando la ladera mediante la
acumulación de material entre los dos puntos. Se trata de una obra
arriesgada. Primero porque proyectan una presa de materiales
sueltos, distinta a la existente que es de hormigón. Después se
pretende doblar la capacidad del embalse, que pase de 500 hm3 a
1.000 hm3, con lo cual la gestión de cualquier problema, como el
que está ocurriendo ahora, será mucho más difícil. Y el
contrafuerte de todo esto va a ser la presa, una estructura muy
delicada, por lo que esto me parece una barbaridad. Aunque sujete
el deslizamiento, imagínate que se mueve 20 centímetros, ¿qué pasa
con todo lo que hay dentro de la presa? Eso que hay dentro no es
algo macizo, tiene desagües de fondo y estructuras delicadas, que
se pueden dañar en caso de movimiento. Este tipo de "alternativas"
lanzadas a vuelapluma no se deberían ni nombrar, al menos antes de
hacer un estudio serio y de reconocer que el deslizamiento que se
está produciendo es mucho mayor que el que predicen los estudios
técnicos.
Por sus palabras, ¿entiendo que cree que la CHE se está
enrocando en su posicionamiento?
Es que el recrecimiento no es una solución técnicamente seria. Lo
serio sería estudiar el problema, a qué velocidad se mueve, hasta
dónde va a bajar, cómo se mueve el flujo de agua después del
deslizamiento y cuáles son las mejores soluciones... Ellos han
empezado al revés. Este recrecimiento hay que hacerlo y como hay
que hacerlo, ahora lo pongo como solución. Pero no tiene una
lógica técnica. Técnicamente, subir el nivel del agua 20-30 metros
es muy problemático dentro de una ladera (en realidad dos) que ya
es inestable.
Y a su juicio, ¿cuál sería la solución?
Estudiar bien cómo está funcionando esa ladera y bajar muy
despacio el nivel del agua. Tampoco se podría hacer un desembalse
rápido, porque favorecería la generación de deslizamientos. Habría
que mantener el pantano a un nivel prudente de agua, bastante más
bajo que el actual y ver cómo se comporta la presa actual. El
objetivo fundamental de la CHE debería ser salvar la presa actual.
No se deberían plantear huidas precipitadas hacia adelante, como
es el continuar con las obras de recrecimiento. Una alternativa
sería mantener el embalse a la cota del canal, que se puede
aprovechar el agua del invierno. La problemática de lo que está
pasando en Yesa es muy grave, al considerar el conjunto de la
ladera y que esta se mueve hacia la presa actual, aunque ahora
mismo se detuviera, ya que el riesgo para el futuro queda allí.
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