Tenemos la oportunidad de
entrevistar al geólogo que lanzó la voz de alarma en el caso
embalse de Yesa, Antonio Casas. Es profesor de la Universidad de
Zaragoza y su sugerencia de evacuar Sangüesa ante el peligro que
representa la presa, provocó una atención mediática nunca antes
vista en nuestra ciudad.
Agradecemos desde aquí el tiempo y las palabras que nos ha
dedicado el geólogo en esta entrevista, que reproducimos
íntegramente a continuación.
SD. La primera pregunta es casi obligada, aunque ya la ha
matizado en algún que otro medio. ¿Hay que evacuar Sangüesa?
AC. De lo que no hay duda, es que habría que haber evacuado
Sangüesa en febrero, cuando se produjo el movimiento importante
del deslizamiento del estribo derecho del embalse, ya que el
riesgo para la presa era muy alto, e inminente. No haber avisado y
evacuado ha sido una grave irresponsabilidad, al menos en mi
opinión.
¿Se dan las condiciones para una evacuación en estos momentos? Es
cierto que la velocidad del deslizamiento ha disminuido estos
últimos meses, pero el riesgo sigue ahí, y un movimiento
importante causaría el colapso catastrófico de la presa. Ahora
mismo Sangüesa podría convivir con el embalse, pero sólo en la
medida en que sea posible evacuar a la población en el tiempo de
llegada de la avenida (algo menos de media hora) en caso de rotura
de la presa. Todas las zonas aguas abajo de la presa que no puedan
ser evacuadas en ese tiempo (y demostrado en simulacros, no de
forma teórica), tendrían que ser desalojadas de forma permanente o
mantenerlas con ocupación ocasional, no como vivienda. Hay que
tener en cuenta también que la zona inundable depende de la
cantidad de agua que almacena el embalse. Si se redujera ese
volumen embalsado, la zona inundable sería menor y el problema
también sería más manejable.
SD. Suponga que usted es sangüesino, que vive en Sangüesa, y se
ve envuelto en semejante tormenta mediática. Informaciones
contradictorias, la CHE, los gobiernos, las asociaciones, el
ayuntamiento, usted… ¿Qué haría?
AC. Yo pediría toda la información existente hasta ahora,
intentaría valorarla y exigiría a la administración una subvención
para pagar informes realizados de forma independiente, algo que
evidentemente no es sencillo, dado que numerosos profesionales han
estado trabajando para la CHE, en este y otros proyectos. Por eso,
quizá habría que hacer primero una lista de posibles profesionales
independientes. El ejemplo más ilustrativo son los informes
encargados por el Colegio Oficial de Geólogos que insisten de
forma reiterativa e irresponsable en la estabilidad de las dos
laderas, a pesar de que las evidencias en sentido contrario eran
ya manifiestas cuando se realizaron los informes. Tampoco después
de producirse los deslizamientos se ha emitido ninguna addenda
corrigiendo los parámetros que figuran en los citados informes.
¿Por qué entonces se le adjudica la categoría de independiente al
Colegio de Geólogos?
SD. Si las cosas no están tan bien en Yesa, ¿por qué desde la
CHE se sigue insistiendo en que la presa actual es segura y que
incluso el recrecimiento paralizará los movimientos de tierra?
¿Qué interés hay en seguir con una obra insegura?
AC. En todas las obras hidráulicas hay cuestiones de interés
económico pero quizás el punto básico sea la autojustificación de
la obra en sí misma y el empeño de los técnicos y políticos que
consideran que su prestigio está involucrado en su realización.
También se sabe que, a pesar de lo manifestado por los
interesados, no existen apenas responsabilidades de los técnicos
en caso de obras fallidas, inservibles, o con grandes desvíos
presupuestarios. En la cuenca del Ebro hay un interesante (por
calificarlo de alguna manera) muestrario de obras inútiles o con
graves problemas (embalses del Val, Enciso, Terroba, Montearagón,
Loteta, Itoiz, Mularroya...). En el caso de Yesa, y desde el punto
de vista de la seguridad, el empeño en seguir con la obra es una
huida hacia adelante, buscando en la nueva obra de recrecimiento
la solución a todos los problemas. Sin embargo, el recrecimiento
supone una subida del nivel del agua que castigará aún más el
factor de seguridad de las laderas, haciéndolas más sensibles a
los deslizamientos. Además, una presa de no es un dique de
contención, es una estructura delicada que no se puede utilizar de
ninguna manera para estos fines. Se supone que los estribos y el
fondo del cauce son los que sujetan la presa, y no viceversa.
SD. Hablan de usted como un “anti Yesa” declarado y que no se
puede hacer mucho caso a lo que diga porque no resulta realmente
independiente. ¿Qué tiene que decir a esto?
AC. Se podría proceder de forma análoga con los firmantes de los
informes encargados por la administración, pero creo que no tiene
sentido entrar en ese terreno. Me parece que hay que discutir
sobre datos y parámetros, de la forma más objetiva posible.
SD. ¿Cree que ha sido exagerada la reacción de los medios? Días
antes de comparecer ante las Cortes de Aragón también lo hizo ante
el Parlamento de Navarra. ¿Acaso dijo algo distinto en un sitio
que en otro? ¿Por qué la reacción se da tras hablar en Aragón?
AC. La principal diferencia en mis intervenciones es que en la
comparecencia ante las Cortes de Aragón tenía más datos sobre lo
ocurrido en la crisis de Febrero y lo que me alarmó realmente fue
la actitud de la CHE y la ausencia total de información a los
afectados en un momento en que pudo pasar cualquier cosa. Quizá
eso lo transmití de forma más palpable en Zaragoza que en
Pamplona.
SD. El alcalde de Sangüesa, Ángel Navallas, compareció ante el
Parlamento de Navarra el mismo día que lo hacía usted. ¿Cómo ve la
posición actual del ayuntamiento? ¿Lo ve con usted?
AC. Estoy a disposición del alcalde y del ayuntamiento de Sangüesa
para explicarles mi visión del problema. Creo que, junto con los
ciudadanos de Sangüesa, son los que tienen más derecho a conocer
de cerca la situación del asunto.
SD. El geólogo Antonio Aretxabala salió unos días después de
saltar la alarma en los medios. Parece que comparte sus tesis.
¿Conocía antes a Aretxabala? Quizás le haya visto en los medios.
¿Qué opinión le merecen sus palabras?
AC. No habíamos coincidido antes y todavía no nos hemos visto en
persona, pero desde que empezó el tema de los deslizamientos hemos
intercambiado correos. Yo creo que ambos estamos en la línea de
buscar una explicación científica a los fenómenos que tienen
relación con los movimientos de ladera y en ese sentido me parecen
acertadas muchas de sus tesis.
SD. Desde las asociaciones contrarias al recrecimiento e
incluso desde el propio Ayuntamiento de Sangüesa se habla de otra
política del agua, otra forma de gestionarla. ¿Sabría hacernos un
resumen?
AC. El caso de Yesa es la prueba evidente de que es muchísimo más
barato y seguro embalsar agua fuera del cauce principal. La
alternativa planteada por la Fundación Nueva Cultura del Agua, que
es la construcción de balsas laterales a lo largo del canal de
Bardenas, habría permitido regar ya y aprovechar el agua sin tener
que tocar las laderas de la presa. Sólo hay que imaginar el
rendimiento que habrían tenido las máquinas que han estado
trabajando todos estos años (con el único resultado de la
desestabilización de las laderas y poner en peligro a la población
de Sangüesa) si hubieran estado trabajando en la realización de
las balsas planteadas.
SD. El portavoz del Gobierno de Navarra, Sánchez de Muniáin,
dijo que usted estableció una alarma similar con la presa de
Itoiz. ¿Tiene algo que decir?
AC. Sí, tengo que decir que la presa de Itoiz es tan insegura como
la de Yesa, por volumen y posición de los deslizamientos, y que la
única diferencia es que el movimiento de la ladera izquierda es
más lento, de momento (en torno a milímetros por año), pero puede
acelerarse en cualquier momento.
SD. El presidente de la CHE, Xavier de Pedro, también habló de
usted. Aparte de calificarlo como alarmista, dijo que existe una
sentencia del Tribunal Supremo que afirma que usted no tiene
experiencia en obras hidráulicas.
AC. Aquí hay un problema de prepotencia de alguno de los cuerpos
de ingenieros que han sido relevantes en la historia reciente de
este país. Un geólogo no puede hacer un proyecto de presa, al
igual que un ingeniero civil no es capaz de realizar una
cartografía geomorfológica de las laderas de un embalse para
detectar posibles deslizamientos. La única forma de realizar una
obra en condiciones es combinar todas las especialidades, realizar
los estudios necesarios (no meros trámites para cumplir el
expediente, como se hace ahora con los estudios geológicos o de
impacto ambiental) y tener la suficiente humildad como para
renunciar a hacer la presa cuando se ve que no se puede garantizar
la seguridad de la obra (o que la magnitud de las obras
complementarias incrementa el presupuesto frente a otras
alternativas).
SD. Tal como está la situación, es comprensible que la
población, en este caso de Sangüesa, no crea ni a unos ni a otros.
Si alguien miente, ¿por qué no se ha ido todavía a los tribunales?
AC. Porque existe una cierta dosis de interpretación al analizar
los problemas geológicos, no sólo en este caso. En el caso de
Yesa, el que los análisis de estabilidad de laderas proporcionen
valores seguros o no depende en gran medida de los parámetros
asignados a los materiales (flysch Eoceno o coluviones
cuaternarios). Por ejemplo, un cambio de 7º en el ángulo de
rozamiento interno hace que el factor de seguridad cambie
considerablemente y pase de la zona segura a la insegura. ¿Quién
tiene razón? Puesto que no estamos hablando de una ciencia exacta,
lo razonable es adoptar valores que permitan garantizar la
seguridad de la presa, y yo creo que en el caso de los informes
aportados por la CHE y por el Colegio de Geólogos no se cumple
esta premisa.
SD. ¿Cuál es, según su criterio, el siguiente paso en el tema
Yesa?
AC. Entiendo que son imprescindibles cuatro pasos: 1. Instalar un
sistema de alarma eficaz y con mantenimiento continuado,
combinando de forma continua medios automáticos y humanos, y que
incluya la realización de simulacros periódicos en las poblaciones
afectadas. 2. Vaciar parcialmente el embalse con un cuidado
extremo (puesto que las variaciones de nivel pueden desencadenar
los movimientos de ladera) y en situación de emergencia, hasta una
cota que sea compatible con el mantenimiento de los riegos y
minimice el riesgo de inundación (que podría ser la cota del canal
de Bardenas). 3. Empezar de modo urgente la construcción de balsas
a lo largo del canal de Bardenas para sustituir el equivalente de
agua del no llenado del embalse, renunciando de forma definitiva
al recrecimiento y al llenado total del embalse actual. 4.
Eventualmente, y en función de la reacción de las laderas,
realizar un nuevo proyecto de regulación del río Aragón, empezando
de cero, considerando la inestabilidad de las laderas y decidirse
por la opción más segura, sencilla y barata (por ese orden).
SD. ¿Cree viable realizar simulacros en una ciudad como
Sangüesa, de unos 5.000 habitantes?
AC. No sólo viable, sino imprescindible, como existen experiencias
en otros países, con más gente incluso. Si resulta que no se puede
hacer un simulacro, es que tampoco hay preparación para el caso de
rotura catastrófica de la presa, y puesto que el riesgo existe, es
fundamental realizarlos. Además, tendrían que ser periódicos. La
salida hacia la zona segura, por encima de la cota 410 del pueblo,
esta definida únicamente por 7 calles perpendiculares al río. Si
en caso de catástrofe a alguien le da por salir con un coche,
pongamos por caso, por esas calles, o están bloqueadas por otras
razones, la evacuación se complicaría considerablemente. Todas
esas cuestiones tienen que estar resueltas ya, y los habitantes
tienen que saber exactamente qué hacer en cada minuto de esa media
hora que hay para la evacuación, sea de día o de noche, invierno o
verano.
SD. ¿Sangüesa puede dormir tranquila, tal y como afirma el
ayuntamiento en una nota colgada en su web?
AC. Los habitantes de Sangüesa tienen que ser conscientes de que
la presa con la que están conviviendo ahora no es la presa que se
construyó en 1959, y no precisamente por el envejecimiento de la
obra, sino por una serie de actuaciones que han contribuido a
desestabilizar las laderas. A partir de ahora el riesgo es mucho
mayor que antes. Dormirá tranquila cuando los sistemas de alarma
funcionen como un reloj suizo y las personas tengan interiorizadas
las reacciones necesarias. Y esto requiere una tarea de educación
colectiva que hay que empezar desde ya.
SangüesaDigital.com
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