Aragón es la comunidad que más visiblemente ha luchado
contra el trasvase, ha denunciado los desmanes que se
comenten con el agua en el Levante y, en teoría, está más a
favor de la Nueva Cultura del Agua. Pero no todo el monte es
orégano, pues el Gobierno de Aragón no predica con el
ejemplo. Así, las cuencas de los ríos Cinca y Gállego están
interconectadas y con trasvases recíprocos. De la cuenca del
río Aragón se detraen 700 Hm3 para regar 80.000 Ha del
desierto de Bardenas en la cuenca de los Arbas, y pretenden
ampliar el trasvase a 1000 Hm3 (igual que el pretendido del
Ebro) mediante el recrecimiento del embalse de Yesa, que
además de secar prácticamente el río inundaría un buen tramo
del Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad de la
UNESCO (si, como los budas que destruyeron los talibanes,
¿se acuerdan?).
Por cierto, que un 10% de los regadíos de Bardenas están
fuera de la legalidad pues superan las hectáreas previstas
en el Plan Nacional de Regadíos hasta 2008. Por no hablar de
que en dicho polígono de riegos el 50% del agua suministrada
se despilfarra, no llega nunca a su destino, y es que en el
85 % de su superficie se riega a manta, en su mayoría sin
modernizar. Con lo agua que se malgasta en un año en
Bardenas se podría abastecer la ciudad de Zaragoza durante 5
años. Cabe recordar que el año pasado, en este sistema, se
permitió que se desperdiciaran 200 litros de agua por
segundo entre los meses de abril y noviembre en una fuga, el
equivalente al consumo de Huesca durante esos 7 meses (3
millones de metros cúbicos), la misma capital que este año
está sufriendo graves problemas de suministro. Y qué decir
de las 12.000 hectáreas de arroz que se han plantado este
año de sequía en Aragón en pleno desierto, que necesita
entre dos y tres veces más agua que otros cultivos. O
también cabría hablar de que el previsto embalse de
Biscarrués inundaría el pueblo de Erés y se perderían 300
puestos de trabajos ligados a los deportes de aguas bravas
surgidos en torno al río Gállego. Y todo ello a las puertas
de una Expo 2008 en Zaragoza que girará en torno al agua y
el desarrollo sostenible. En fin, un ejemplo de lo que no es
un uso racional del agua.
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