Es recurrente ya, decir que las movilizaciones
de estos últimos años en materia hidráulica
han sido ejemplares, tanto por su civismo, su
firmeza y su continuidad. Un ejemplo de cómo la
red social aragonesa y del conjunto de la cuenca
del Ebro se reconstruye a sí misma de los
dolorosos golpes que le propinan un par de décadas
de política de “estabilización” dirigidas
desde los poderes fácticos a través de sus
redes de clientelismo político: Las
diputaciones, los colectivos fantasmas
subvencionados, el vaciamiento de contenido o
silenciamiento de las reivindicaciones, la
ciminalización de los movimientos sociales
reales, la compra de lo medios de comunicación
y la burocratización asistida de los llamados
agentes sociales.
En la cuenca del Ebro se ha vuelto a demostrar
que no es posible silenciar una verdad cuando es
compartida por decenas o centenares de miles de
personas. Porque si haya algo cierto en este
proceso, es que existe un solo movimiento pero
una multiplicidad de interpretaciones y algunas
de ellas alimentadas por los que, una movilización
tras otra, han hecho todo lo posible para que
fracasara y una vez ha tenido éxito (como la
han tenido todas) arrimar el ascua a su sardina,
usando para ello si es necesario todo tipo de
presiones, jugarretas y amenazas.
Para algunos de los que hemos estado desde el
principio en la organización de estos eventos,
como de las plataformas, coordinadoras y
asociaciones que los han impulsado, el ciclo de
protesta comienza mucho antes de lo que parece
deducirse de la mayor parte de las
informaciones. Por poner una fecha o un
manifiesto simbólico, lo colocaría en torno al
Manifiesto por la Dignidad de la Montaña, el
ayuno que se extendió por todo Aragón con dos
mil ayunantes que mantuvieron su protesta tres
semanas, la posterior manifestación en
Zaragoza con doce mil asistentes y que tendría
su precedente en la de Jaca contra el
recrecimiento de Yesa, con cinco mil personas
bajo una tromba de agua y, otro éxito poco
comentado, el unánime Paro del Pirineo del 25
de Octubre de 2000, paro que fue contra los
grandes embalses que están reseñados en esa
lista del corredor de la muerte que es el Pacto
del Agua para la sociedad pirenaica.
Desde aquel momento las gentes de las
asociaciones de afectados de la montaña y los
que con ellos nos sentíamos víctimas de esta
tremenda operación de filibusterismo hidráulico
que supone la acción combinada del PHN, el
Pacto del Agua (que ya no lo defiende la "inmensa
mayoría" Sr. Iglesias) y la privatización
del agua, vimos con total claridad la lógica
interna de esas tres piezas y por ello hemos
gritado cada vez más fuerte YESA = TRASVASE.
También vimos que el horizonte de la
privatización es el hilo con el que se teje
todo este sueño de codicia del que se alimenta
la cúpula de la caduca administración hidráulica.
Porque, seamos sinceros: ¿que posibilidad tiene
las cúpulas de los sindicatos de regantes, el
PAR o los empresarios de representar los
intereses de aquellos que son los paganos de la
mala administración hidráulica, cuando han
sido ellos quienes han construido todo un
edificio de corruptelas en torno al agua,
que es el que ha permitido este modelo
despilfarrador sobre el que se asienta el actual
proyecto de Trasvase?
¿Cómo se puede decir que se defienden los
intereses de Aragón y mientras tanto apoyar la
privatización de una de las concesiones de agua
más importantes como es la de Zaragoza? Así es
como se abre el mercado del agua (solo para los
grandes, claro) verdadero motor del Trasvase. ¿Por
que en las anteriores movilizaciones contra el
Trasvase estaban los grandes regantes los
primeros, y ahora, constantemente, llaman a la
desmovilización y tratan de romper la unidad?
¿Han variado los intereses de Aragón o los de
esa pequeña casta? ¿Tenemos que ser el resto
de los aragoneses los financiadores de los
retiros dorados de estos restos del Antiguo Régimen
Hidráulico?
Conscientes de la debilidad de esta posición y
de su retroceso, esta derecha hidráulica, ha
decidido lanzar una ofensiva trufada de insultos
y demagogia vacía de argumentos en varios artículos
de ¿opinión?, e incluso, con alguna movilización
hecha a su medida.
Tranquilos señores, que este camino es muy
largo y la Nueva Cultura del Agua
no es instrumento levantado de la noche al día.
No es como esas operaciones
de “propaganda de guerra” que ustedes suelen
elaborar: Maquillando
candidatos, trucando fotos de manifestaciones,
vaciando palabras
a fuer de usarlas mal. Pero no se engañen, que
somos muchos los
que vamos a las manifestaciones y vemos cual es
la realidad que allí
se respira y quien lleva y aporta soluciones y
quienes son los que se
atrincheran en sus privilegios, usando las legítimas
aspiraciones del
agricultor aragonés como moneda de cambio.
Que traten ahora de vestirse con los ropajes de
la Nueva Cultura del Agua
es como si tratan de ponerse el traje de la
primera comunión: no les
sienta bien por que han crecido y engordado
mucho y por que la pureza
del blanco, francamente, les quedaría patética.
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