Sala de máquinas
JUAN Bolea
PRIMERAS PIEDRAS
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Mientras Matas disfruta con la pala en la mano,
Atarés reza para que las piedras de
Independencia no respondan a restos artísticos
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Vamos a comenzar hoy con un ejemplo de pinochetismo político.
Según recordaba al Parlamento aragonés el diputado
nacionalista Bizén Fuster, nuestro querido y
admirado ministro Matas, benefactor de la
comunidad de Aragón, declaraba en Cantabria (no había
delante periodistas aragoneses), lo siguiente: "Las
obras del trasvase van bien --dijo el ministro, sin
pensárselo dos veces-. Hemos colocado ya la primera
piedra del recrecimiento de Yesa, hemos licitado
Biscarrués, esperamos licitar antes de fin de año
Santaliestra, y por lo que respecta a las meras obras de
construcción, esperamos tener los proyectos antes de
fin de año".
Consecuentemente, Chunta se basa en declaraciones como
ésta, y en antiguas sospechas, para mantener viva su
tesis de que las grandes obras del Pacto del Agua son,
obrarán simplemente, a modo de garantías de almacenaje
y suministro de las tierras de levante y sur andaluz. La
respuesta de Matas en una Cantabria dominada por el PP,
donde el trasvase, aguas arriba, no afecta, venían, en
efecto, a ratificar esa percepción de Chunta.
Además de la subida astronómica de las tasas del agua,
los aragoneses dependerenos, en cuanto a los suministros
de las próximas décadas, de la presión valenciana y
murciana. Hasta allí, gracias al tesón de Pascual
Fernández, y de la bovina y boinil colaboración de
los populares aragoneses (y del regante manso,
subvencionado), llegarán en breve las grandes
canalizaciones que el ministro, con banal énfasis y sólo
aparente ingenuidad, llama, como quien se refiere a una
obrita doméstica, "meras obras de conducción".
Me parece muy bien que el ministro Matas, como el
ministro Cañete, ponga en soledad partidista
primeras piedras. Sin presidente aragonés, sin
consejeros; como tiene que ser. Cada vez que este
engominado pitiuso levanta la pala se le cae un informe
contraambiental, un pacto secreto con los catalanes de Mas,
una citación judicial, un pufo nuevo. Es ésta, ya lo
dijo, no otra, su campaña en Aragón. Y este pájaro,
no lo olvidemos, es experto en campañas--Formentera, en
campañas--Trasvase. En la taifa rebelde está haciendo
desde ya una campaña basada en el Plan Hidrológico,
pero sin nombrar la bicha. Todo por el trasvase, y
primeras piedras, y cintas en el horizonte, para el Aragón
insolidario y anarcoide.
Ya las puso, tales primeras piedras, Arias Salgado
en la Autovía Mudéjar, y no existe. Puso Rudi
la primera piedra del Teatro Romano, que se iba a
inaugurar ¡en 1999! Otros, como niños grandes,
pusieron las primeras piedras de invisibles museos
goyescos, fantasías animadas de ayer y de hoy...
Y, hablando de primeras piedras, ha puesto el alcalde Atarés
en el desván de las cerámicas durmientes los restos
que van surgiendo, como amenazantes testigos, en el
subsuelo de Independencia. Esas primeras piedras de
nuestra historia pueden retrasar las cintas electorales.
Reza el alcalde porque las excavadoras no desentierren
basamentos de templos, sillares de murallas, cloacas
romanas, mezquitas, enterramientos de la guerra con el
francés, barrios judíos, termas, foros, estatuas, mártires
cristianos, como la santísima Santa Engracia.
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