Heraldo
de Aragón, jueves, 27 de octubre de 2000
Hinchan
las cifras para hacer el trasvase
ENTREVISTA
Narcís Prat, catedrático de Ecología, cree que el
Plan Hidrológico se apoya en las cifras más convenientes
para justificar el trasvase del Ebro. A su juicio, hay que tener en cuenta
la influencia del cambio climático
HERALDO DE ARAGÓN.
José Juan Verón. BARCELONA
Narcís
Prat es catedrático de Ecología de la Universidad de Barcelona.
Está considerado como uno de los mayores expertos de Europa en ecosistemas
fluviales y ha estudiado a fondo el delta del Ebro. Forma parte del Consejo
Nacional del Agua y ha asesorado a la Comisión Europea en la redacción
de la Directiva Marco sobre Aguas; también ha trabajado con la Confederación
Hidrográfica del Ebro (CHE).
PREGUNTA. ¿Cree
que el Plan Hidrológico Nacional (PHN) es riguroso científicamente?
RESPUESTA. Los
estudios técnicos de este Plan Hidrológico están mucho
mejor que el de Borrell. Otra cosa es la aplicación de los estudios.
Por ejemplo, han detectado que los datos de aforo de la estación
de Tortosa hasta el año 40 son malos y están sobrestimados,
han hecho una corrección y según su conclusión no
ha habido merma en los caudales. El error en la medida es cierto y el estudio
estadístico está bien hecho, pero ahora resulta que no vale
el cambio climático ni nada, ponen la cifra de caudales que les
conviene y se quedan tan tranquilos.
P. ¿El
agua se pierde en el mar, como dice el ministro de Medio Ambiente?
R. Eso es una
barbaridad. El agua que llega al mar tiene una función diferente,
pero también es necesaria para mantener un ecosistema y también
produce riqueza económica.
P. ¿El
cambio climático existe?
R. Eso es indudable.
Otra cosa es que los científicos no se pongan de acuerdo en las
consecuencias exactas de este fenómeno. Por ejemplo, si el nivel
del mar sube cada año un milímetro o cuatro, pero nadie duda
de que está subiendo porque eso es evidente.
P. ¿Cabe
esperar que la Unión Europea pague parte del trasvase?
R. En Europa
darán dinero para obras ambientales o para modernización
de regadíos; pero no para presas ni trasvases. El PHN no tiene en
cuenta la directiva marco sobre aguas. También se pasa muy por encima
de la calidad de aguas y ni siquiera se menciona la calidad biológica
del agua, que es la que se recoge en la directiva comunitaria. Esto se
olvida en el PHN.
P. ¿Cómo
se debería tener en cuenta la directiva de aguas en el PHN?
R. En primer
lugar, sería necesario volver a plantearse todos los planes hidrológicos.
Tendrían que tirarse a la basura y hacerse de nuevo con unos sistemas
totalmente diferentes. Así, el Plan Hidrológico Nacional
cambiaría radicalmente.
P. ¿Qué
es lo que hay que cambiar?
R. Los planes
de cuenca del Júcar y del Segura dicen que en los próximos
años aumentará la demanda urbana e industrial y que se mantendrá
la agrícola, pero esto no está justificado porque la población
no crece. Hace años que la demanda urbana no crece en España
y tampoco se justifica el trasvase a Barcelona. Lo lógico es que
la demanda urbana baje en lugar de subir, porque la población se
mantiene y los sistemas son cada vez mejores. Claro, que a lo mejor cada
uno queremos tener tres baños y ocho lavadoras.
P. ¿Se
han hinchado las cifras?
R. Se hinchan
las cifras en las previsiones de habitantes y de demanda que tendrá
cada uno de ellos, y así las previsiones de necesidades de agua
para el futuro se disparan equivocadamente. En contra de esta política
disparatada, habría que fijarse en campañas como la que se
hizo en Zaragoza, que demuestran que se puede actuar sobre la demanda urbana
y reducirla muchísimo. Lo mismo se ha hecho sobre la demanda industrial,
que en realidad no crece sino que disminuye por las mejoras tecnológicas.
Y hay que tener en cuenta que para estas necesidades se destinan casi la
mitad del trasvase propuesto en el PHN, unos 440 hectómetros cúbicos
que son cifras totalmente infladas.
P. Si hubiera
trasvase, ¿habría nuevos regadíos en Levante?
R. El PHN dice
que no. Claro que una cosa son los papeles y otra la realidad. Las expectativas
que se han creado son muchas. El mayor problema es que, en realidad, nadie
sabe cuántas hectáreas de regadío hay en España
porque todo es un desbarajuste y hasta que no se sepa bien qué es
lo que hay, toda planificación carece de sentido. Lo que si que
se sabe es que en Levante y Murcia ya hay muchos más regadíos
de los que debería racionalmente.
P. ¿Se
harán los nuevos embalses, o no?
R. Cada nuevo
gran embalse que se quiera hacer en el Pirineo va a generar graves problemas
sociales. No creo que determinadas obras las vayan a hacer tan fácilmente,
así que las promesas del Gobierno se fundamentan en presupuesto
falsos. Si Itoiz lleva tantos años sin poder hacerse, ¿quién
se cree que hasta el año 2008 se vayan a construir todos los nuevos
embalses del Pirineo, cuando algunos como Jánovas o Biscarrués
tienen más impacto ambiental todavía? Incluso desde el punto
de vista económico, creo que se saca más dinero de hacer
«rafting» en el río que de usar el agua para regadíos.
«El
PHN será la muerte definitiva del delta del Ebro»
P.¿Se
ha estudiado bien el avance de la cuña salina en el PHN?
R.El ministerio
ha cogido todos los estudios que hemos hecho en la Universidad, ha aplicado
nuestro modelo y se lo han estudiado bien. Otra cosa son las conclusiones
que saca de todo esto. El estudio dice que con el PHN ejecutado en su totalidad,
la cuña salina pasa de estar presente 6 meses al año a más
de 9 meses al año; 2 meses por las obras de regulación en
el Ebro y 1 mes por el trasvase. Pero esto para el ministerio no tiene
ninguna consecuencia.
P.¿Cuál
es el problema de la cuña salina?
R.No sólo
que el agua sea salada, sino que es un problema de que la calidad bajará
mucho más porque no se renovará. El agua salada no se mezcla
con la dulce y provoca que todo lo que hay en el fondo del río se
pudre y lo contamina. El río se queda sin vida y desaparece la pesca.
Pero de todo esto no se dice nada en el PHN.
P.¿Qué
consecuencias tendría cambiar el régimen de estiaje del Ebro?
R.El PHN intenta
calcular un régimen, pero las conclusiones a las que llega no son
nada claras y su modelo no es válido. El río debería
tener un régimen de caudales, porque las avenidas son muy importantes
para el mar. La producción pesquera que se da en la costa depende
de la llegada de agua dulce, que es la que lleva la comida para los peces.
Si se quitan las avenidas, bajará la producción pesquera.
En la actualidad, esto se conoce bien, porque ya pasó en el río
Nilo, donde toda la pesquería se acabó.
P.¿Las
playas se verían también afectadas por el trasvase de aguas
del Ebro?
R.Si, pero como
ocurre con la cuña salina, el efecto más importante serán
las obras de regulación. El problema de los sedimentos es muy importante,
pues el caudal sólido que bajaba por el río antes del año
sesenta; es decir, antes de construir Mequinenza, era de 22 millones de
toneladas al año. Aunque afecta, aquí el problema no estaría
tanto en el trasvase, sino en cómo gestionar los sedimentos que
ahora se quedan en Mequinenza y Ribarroja.
Cuestión
de tiempo
P.¿Es
cierto que el delta puede desaparecer?
R.Sí,
y si no se remedia este fenómeno no tardará más de
cincuenta años. Hay zonas del delta que están sólo
25 centímetros por encima del nivel del mar. El baja cada año
unos milímetros y el mar sube otro poco por el cambio climático.
Esta suma está entra medio centímetro y un centímetro
al año, por lo que es sólo cuestión de tiempo pero
el mar acabará cubriendo al delta. Antes, cuando bajada una avenida,
dejaba sedimentos en el delta y subía su nivel, y así se
compensaba. Ahora ya no hay avenidas. Es un problema de resolución
urgente, porque dentro de 25 años ya no se podrá actuar.
Además, el día que el mar cubra el delta del Ebro será
muy rápido. Se romperá una duna, entrará el mar y
ya no se podrá sacar.
P.¿Existen
experiencias similares en otros ríos?
R.En Holanda,
los deltas tienen un dique que impide que el agua del mar entre y el delta
queda por debajo. Lo mismo ocurre en el río Po, donde algunas zonas
están cuatro metros por debajo del nivel del mar. Pero en estos
casos las tierras se salinizan, se quedan yermas. Además, en estos
casos sólo pueden conservar las tierras sin filtraciones de agua
con bombas de agua que no paran de trabajar y que cuestan más de
lo que se saca de esos campos. El resultado es el abandono de tierras.
Cuantas más obras hagas en la cuenca, más rápido será
el final del delta.
Gestión
sostenible
P.¿Qué
propone entonces?
R.Hay que hacer
una gestión sostenible de los recursos. Gastar menos agua, dejar
que corra el resto, que bajen sedimentos y que no bajen contaminantes.
La misma filosofía que se esgrime para oponerse al trasvase se debe
aplicar a la gestión de las aguas en la cuenca del Ebro. El trasvase
es una consecuencia de la gestión del agua que se hace ahora, también
en el Ebro.
P.Aclare este
aspecto un poco más.
R.La nueva cultura
del agua ya no son grandes obras de ingeniera, sino labores de fontanería
fina y de educación ambiental. Esto tendría otro efecto,
que sería crear muchos más puesto de trabajo porque los millones
no se invertirían en grandes tubos y en hormigón. Se trata
de tener en cuenta los aspectos ambientales y no sólo los puramente
ingenieriles. |