Queremos seguir viviendo en el Pirineo
Aunque muchas cosas han cambiado, el deseo de vivir aquí
sigue intacto. Para ello necesitamos unas comunicaciones,
industrias, sanidad y educación acordes a este siglo XXI;
queremos un desarrollo económico sostenible y mantener un
entorno natural, que cada vez es más escaso y, por tanto, de
mayor valor. No necesitamos añadir un solo pueblo más a la
lista de las decenas de ellos ya inundados o abandonados
debido a la construcción de unos embalses que han dejado un
reguero de sufrimiento y dolor nunca compensados.
La justicia, de nuestro lado
Por el contrario, sí ha cambiado la situación de todos los
proyectos: Jánovas está descartado, Santaliestra,
ilegalizado, y el recrecimiento de Yesa y Biscarrués,
cuestionados social y judicialmente, y en la práctica,
paralizados. Hay una nueva amenaza, el embalse de Susía, que
ya cuenta con una fuerte oposición.
Por una Nueva Cultura del Agua
Técnicos y científicos demuestran que hay una manera mejor,
más moderna y eficaz, de gestionar el agua. Es lo que
llamamos la Nueva Cultura del Agua. Junto a miles de
personas de todo Aragón y de otros territorios,
principalmente del Delta del Ebro, hemos llevado este
mensaje cargado de razón hasta las más altas instancias.
Con más fuerza que nunca
Nos encontramos con más fuerza que nunca, la fuerza de la
Dignidad de la Montaña, la fuerza de la razón. Es el momento
de parar definitivamente esta política de embalses y
trasvases, y dialogar sin imposiciones ni amenazas. Es el
momento y es de justicia.
Llamamiento a la movilización
Hoy hacemos un llamamiento a los que siempre estáis con
nosotros, a los habitantes de estas montañas y de otros
lugares de Aragón y comunidades vecinas, para que el próximo
11 de mayo se convierta en una nueva referencia de nuestra
reivindicación por la Dignidad de la Montaña, para defender
nuestros ríos, valles y pueblos amenazados.
Nuestras
demandas, a las que os pedimos que os suméis, son:
1.
Que se
paralicen las obras y los procesos administrativos de los
proyectos de embalses del Pirineo ampliamente contestados y
cuestionados social y judicialmente.
2.
Que
desde el diálogo y el respeto a las minorías se establezcan
nuevas políticas que conlleven una gestión más moderna y
eficaz del agua, en sintonía con la Nueva Cultura del Agua.
3.
Que se
produzca la democratización ya inaplazable de los órganos de
gestión del agua para que los afectados por obras
hidráulicas tengan la voz y el voto que hasta ahora se les
ha negado.
4.
Que se
reconozca el valor de los ríos y su patrimonio asociado como
un elemento fundamental para el desarrollo de los valles por
los que discurren.
5.
Que se
reconozca y se pague la deuda histórica contraída con el
territorio pirenaico para que los montañeses puedan
construir su futuro recuperándose de las heridas de una
política hidráulica ya obsoleta en el siglo XXI, y que lo
haga a partir de la integridad de sus gentes y de su
patrimonio que, una vez más, se quieren poner en peligro con
la vigente política de embalses y trasvases.
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